Marvel encuentra enemigos formidables en Scorsese y Coppola

Marvel encuentra enemigos formidables en Scorsese y Coppola
Fecha de publicación: 
24 Octubre 2019
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Y sin embargo comentarios recientes de Martin Scorsese y Francis Ford Coppola han sido recibidos como bravuconada previa a una pelea de boxeo.

“En esta esquina, el campeón de la taquilla mundiaaaaal, ¡Marvel ‘El Increíble Hulk’ Studios! Y en esta esquina, el realizador de 76 años de angustiosas épicas católicas y clásicos policiales, ¡Martin ‘Toro Salvaje’ Scorsese!”.

Hubo mucho alboroto desde que Scorsese, en una entrevista con una revista a principios de mes, insinuó que las cintas de Marvel no eran cine sino “algo distinto”: atracciones de parques temáticos desinteresados en “tratar de transmitir experiencias psicológicamente emotivas a otro ser humano”.

Coppola metió su bocadito el fin de semana al decir a la prensa en Francia, cuando aceptaba el Prix Lumiere, que Scorsese no sólo tenía razón sino que no fue lo suficientemente lejos. Las películas de Marvel, dijo, son “despreciables”.

“Tiene razón porque esperamos aprender algo del cine, esperamos ganar algo, iluminarnos un poco, adquirir algún conocimiento, algo de inspiración”, dijo Coppola.

Incontables fanáticos de Marvel, cual caballeros del siglo XIX a quienes han ofendido en su honor, llevaron la causa a redes sociales como si hubieran sido desafiados a un duelo. Fueron apoyados por algunos de los realizadores de cintas de Marvel, como el director de “Guardians of the Galaxy” (“Guardianes de la Galaxia”) James Gunn, el director de “Avengers” Joss Whedon y el de “Thor:
Ragnarok”, Taika Waititi. Waititi irónicamente se tomó el debate al pie de la letra, apuntando de manera casual que su película “está en los cines”.

Y, claro, no sería un revuelo real si Ken Loach no estuviera involucrado. El realista social británico de 83 años se unió al tumulto al decirle a Sky News que las películas de Marvel son “un ejercicio cínico” y “productos básicos como las hamburguesas”. Muchos se han preguntado qué opinarían grandes leyendas pasadas del cine. ¿Qué diría Hitchcock de “Spider-Man: Homecoming” (“Spider-Man: de regreso a casa”)? ¿Pensaría John Ford que “Endgame” era demasiado larga?

Pese a la reciente tormenta mediática, el referendo sobre Marvel tiene ya una década. Por más que los seguidores más fervientes de la compañía de historietas quieran creer lo contrario, no todo el mundo es fan. El modo en que están hechas las cintas de Marvel, con un estilo de línea de ensamblaje, es de hecho una nueva evolución en el tipo de control de los estudios que siempre ha tenido un papel en las producciones de Hollywood. Es bien sabido que los directores a menudo son abordados para un filme de Marvel con la promesa de que el estudio se encargará de las grandes escenas de acción, ellos sólo tienen que llenar el resto.

La visión global, planeada por el director creativo de Marvel Kevin Feige, ha tenido un éxito extravagante. Pero ni 20.000 millones de dólares en boletos vendidos pueden competir en realidad con “The Godfather” (“El padrino”) o “Taxi Driver”. Aunque algunos quisieran resolver esta disputa con cifras de recaudación de taquilla, en este caso existen medidas métricas más significativas.

Los cineastas (sin mencionar a muchos críticos y cinéfilos) por años han expresado alarma sobre el tipo de cine que hace Marvel. Steven Spielberg pronosticó hace seis años la implosión de Hollywood debido a la profusión de películas de megapresupuestos. Spielberg, cuyo “Jaws” (“Tiburón”) ayudó a dar nacimiento al blockbuster moderno, también ha señalado que la cultura cinematográfica inevitablemente se mueve en ciclos. “Llegará un momento en que las cintas de superhéroes seguirán el camino del western”, dijo a la AP.

Hasta Christopher Nolan, cuya película de Batman “The Dark Knight” (“El Caballero de la Noche”) es ampliamente considerada el máximo triunfo para el género, dijo que ya no estaba interesado en las películas de franquicias dado el modo en que ahora se fabrican.

“El panorama cinemático ha cambiado desde que comencé a hacer películas de Batman”, dijo Nolan. “Cuando estábamos haciendo la trilogía del ‘Caballero de la Noche’, creo que era más fácil para un cineasta en mi posición expresar una visión más personal que lo que querrían hacer con una propiedad de franquicia”.

Los máximos simpatizantes de Marvel dirían que gran parte del atractivo de sus filmes es que todos se sienten como parte de una misma pieza. Son todos tan similares que Gwyneth Paltrow ni siquiera puede recordar en cuáles ha aparecido.

Eso no quiere decir que la expresión personal no se filtre en una película de Marvel. Al igual que con cualquier género, los cineastas pueden crear algo individual incluso en la fábrica mejor aceitada. Sería difícil desestimar la anarquía cósmica en los “Guardianes de la Galaxia” de Gunn, la espectacular barrida de la nominada al Oscar “Black Panther” (“Pantera Negra”) de Ryan Coogler, o la placentera deconstrucción en “Spider-Man: Into the Spider-Verse” (“Spider-Man: un nuevo universo”).

Pero — y este es el punto principal de Scorsese y Coppola — hay mucho más que eso. Así de vasto como es el “universo cinemático” de Marvel, no están a la altura del universo cinemático real. Y les gustaría desviar parte del foco en Marvel a otros lugares.

“Hay una generación que piensa que el cine es un taquillazo”, dijo Scorsese a la AP en junio cuando estaba estrenando el documental semificticio “Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story”. Lo que más le molestaba a Scorsese era ver multicines proyectando en sus 11 o 12 salas una sola película (“Endgame”).

“Tenemos que luchar contra esta práctica de abrumar al mercado con el blockbuster”, dijo Scorsese. “La — ¿cómo decirlo? — la película regular que está siendo desplazada, tiene que ir a algún lado. Tiene que hacerlo, ¿sabes por qué? Porque va a haber gente que la seguirá haciendo”.

La preocupación por la muerte de la “película regular” es justificada. Nueve de las 10 cintas más taquilleras del año fueron de cómics, secuelas y remakes (la única excepción fue “Us” de Jordan Peele) y ese ha sido más o menos el caso por años. Netflix y otros servicios de streaming están, por ahora, financiando un gran porcentaje de las películas originales de mayor presupuesto de la industria, incluyendo la nueva obra de Scorsese, “The Irishman” (“El irlandés”).

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