Invasión de ratones en Nueva York

Los roedores son una creciente amenaza que invade calles, bodegas y túneles del metro de la ciudad: una situación desesperante.

La alcaldía de Nueva York decidió, por tanto, utilizar una serie de dispositivos importados de Italia que ya fueron probados en Brooklyn con éxito: al cabo de un mes se hallaron los cadáveres de 107 ratones ahogados. Las máquinas en cuestión, denominadas "Ekomille", atraen a los roedores con señuelos naturales. Los animales suben a un montante tratando de alcanzar la comida pero son inmediatamente capturados y terminan dentro de un recipiente lleno de alcohol. "Pierden el sentido y finalmente se ahogan", explicó el importador estadounidense del dispositivo, Anthony Giaquinto, de Rat Trap.

Ekomille funciona con baterías y se parece a un gabinete de medio metro de altura. Dispositivos electromecánicos muy sensibles permiten capturas inmediatas, múltiples y continuas. Y sin utilizar venenos o substancias nocivas.

"Es un método humano y ecológico", explicó el presidente de la filial de la firma en Brooklyn.

Sostuvo que el dispositivo es un éxito y anunció que otras máquinas serán colocadas en varias zonas del barrio.

La "guerra" contra los ratones en Nueva York no es nueva. En 2017, con escasos resultados, la alcaldía había anunciado un programa de desratización basado en contenedores del deshecho de goma, resistente a los ratones y reglas más estrictas para la eliminación de basura. Entre otros métodos, se experimentó con cebo líquido que dejaba a los animales estériles. Nuevos datos de 2018 hicieron que el diario New York Times hablara recientemente de una verdadera "invasión" de roedores.

Los avistamientos denunciados al número telefónico dispuesto por el municipio ascendieron al 38%, en parte a causa del boom de construcción que empuja a los animales a salir de sus madrigueras y también a causa del cambio climático: los inviernos más suaves les permite a los ratones sobrevivir y reproducirse. Por otra parte, los roedores no son solo un problema para la calidad de vida sino también un riesgo para la salud: en 2017, una infección bacterial causada por la orina de ratón, la leptospirosis, le causó la muerte a un residente del Bronx.