En la XVI Reunión Ordinaria de la Comisión para la Pesca en Pequeña Escala, Artesanal y Acuicultura para América Latina y el Caribe (COPPESAALC), también buscarán identificar posibles acciones de cooperación Sur-Sur y alianzas estratégicas con otras organizaciones.

Asimismo, el encuentro se orienta a la promoción del alineamiento del trabajo de la Comisión en el contexto de la iniciativa Global de Crecimiento Azul.

La ministra cubana de la Industria Alimentaria, Iris Quiñones Rojas y el oficial superior de Pesca y Acuicultura de la Oficina Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ( FAO) para América Latina y el Caribe, Alejandro Flores, encabezan el evento.

En esta cita, que sesionará hasta el jueves en el Hotel Meliá Habana, también participan el representante de la FAO en Cuba, Marcelo Resende, y cerca de medio centenar de representantes de países miembros de la Comisión.

La sesión inaugural incluye el examen de la Situación de la pesca y la acuicultura en los países de la COPPESAALC. Principales retos para el desarrollo sostenible.

Comprende, además, un repaso de las medidas adoptadas con respecto a las decisiones y recomendaciones de la Decimocuarta Reunión Ordinaria de la Comisión, y actividades entre encuentros.

Como parte de la reunión se realizará también el 'Taller Regional sobre el seguimiento de los indicadores para el logro del Objetivo del Desarrollo Sostenible 14: Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.

El desarrollo sostenible de la pesca en pequeña escala, artesanal y la acuicultura es clave para la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza en la región, por su rol como fuentes primordiales de proteínas y nutrientes esenciales y como proveedoras de ingresos y medios de subsistencia para millones de familias.

La pesca artesanal y de pequeña escala representa el medio de vida de por lo menos 1,8 millones de familias en el área, además de ser la fuente principal -y en algunos casos la única- de proteína animal para cientos de comunidades ribereñas, muchas de ellas indígenas.

Asimismo, la acuicultura, en sus diversas escalas, provee empleo y demanda insumos, equipos y servicios que, en su conjunto, dinamizan las economías locales.