Guatemala: Fervor religioso y feria inundan el barrio de Jocotenango
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Desde su nacimiento en 1550, en una comunidad indígena, hasta su traslado de La Antigua Guatemala -entonces capital del reino- hacia el nuevo asentamiento en el Valle de la Ermita o de las Vacas, la festividad es considerada una de las más solemnes de la iglesia católica.
Según cuentan los historiadores, con el cambio de lugar como consecuencia de los terremotos de Santa Marta, los pobladores trajeron consigo sus tradiciones, costumbres y fervor.
Es así que también se estableció la Plaza de Jocotenango, ubicada en la parte norte de la ciudad como el área donde se llevaría a cabo la celebración religiosa que con el tiempo se amplió a práctica social y económica, es decir, la Feria de igual nombre.
Por las elecciones del pasado 11 de agosto, el jolgorio se corrió esta vez, aunque promete el mismo colorido y la alegría de siempre.
Como ya es tradición, la avenida Simeón Cañas, en la zona 2, se convierte en un gran escenario de diversión al aire libre con juegos mecánicos y de azar, además de las ventas de comida y artesanía típicas.
La celebración, que durará esta vez hasta el 25 de agosto, resulta ideal para degustar lo mejor de la gastronomía guatemalteca, incluso platillos que ya están a punto de desaparecer porque al jolgorio vienen productores de otros municipios cercanos.
Rosquillas, dulce de coco, canillitas de leche, bolitas de tamarindo, molletes y buñuelos nunca faltan en los más de 200 puestos que se ubican en un largo recorrido que culmina a las puertas del Mapa en Relieve de Guatemala, el cual se beneficia por estas fechas con más visitantes.
Entre las invitaciones de las Mamaítas que no se pueden rechazar están los clásicos elotes (mazorca de maíz hervida) o los elotes 'locos', como la combinación que lleva de salsa de tomate, mayonesa, mostaza y queso seco.
Imposible negarse a probar antojitos como un atol de elote (maíz), chuchitos (tipo de tamal), tortillita con carne y guacamole (aguacate) o enchiladas, una tostada con picado de carne, encurtido, huevos, cebolla y queso.
Dentro de las atracciones, la más buscada por las familias es la lotería, en tanto los más pequeños y jóvenes hacen filas en los juegos mecánicos.
Entre los preferidos, los carros locos, el gusanito y la temeraria rueda de Chicago, donde se puede disfrutar, si la adrenalina lo permite, de los mejores paisajes de la zona del Hipódromo.
Otro espectáculo imperdible es el tiro al blanco y si la suerte le acompaña escuchará su canción favorita, y de paso, se llevará un premio.
La municipalidad espera que este año visiten la Feria de Jocotenango más de 2,5 millones de personas entre nacionales y turistas; además, como encanto adicional conmemora los 243 años de fundación de la Ciudad de Guatemala.
De 10 de la mañana a 10 de la noche, todos podrán disfrutar a sus anchas, pues lo mejor es el ambiente, reina la alegría y casi nadie piensa en el asalto o la violencia que diariamente los agobia gracias a un amplio dispositivo de seguridad.
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