Balonmano: ecos de un bronce que sabe a oro
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Lo que sucede sobre la cancha de juego, una victoria o una derrota, un gesto de alegría o de desencanto… suelen ser las únicas imágenes que llegan a la afición, pero detrás hay mucho más.
Sobre todo para los entrenadores, esos que no salen al terrero, pero siempre son los responsables de un resultado y sufren como nadie con cada objetivo deshecho o una estrategia no cumplida.
Esa es una realidad común para los que escogieron estar tras bambalinas y no ser los protagonistas directos, aunque sí responsables. Y no es una historia diferente para Jorge Coll, timonel del balonmano femenino cubano desde hace tres años.
«Es nuestra primera experiencia en este tipo de eventos, es muy bonita, pero también sabíamos que iba a ser un torneo duro, muy duro… y lo sufrimos», fue su expresión tras saberse ganador de la medalla de bronce en estos Juegos Panamericanos.
Quienes le seguimos a él y su equipo en el Polideportivo 1 de la Villa Deportiva Nacional Videna constatamos su evolución. Las tensiones iban en aumento y su rostro no era ajeno al cambio, sin embargo siempre fue amable con la prensa y confió en su equipo.
Una selección en la que solo Lisandra Lusón sobrepasa los 30 años, el resto anda por poco más de 20, incluso algunas no han llegado aún… pero lo fundamental fue verlas unidas y con las mismas ansias de triunfos.
La imagen que sobresale en especial para Niurkis Mora e Indiana Cedeño, con protagonismo compartido frente a una puerta que en ocasiones se volvió infranqueable.
«Todas están preparadas para jugar siempre, a todas se les da el chance para que entren en cancha, y ellas son dos porteras que se llevan muy bien en el plano personal, y no importa quién esté en el terreno, la idea es siempre que ganamos todos», repite como en ocasiones anteriores porque esa fue sin dudas una de las claves del éxito.
«Se sufre mucho, nos cuesta mucho cuando no salen las cosas. He pasado días de sufrimiento, llevaba muchos días casi sin dormir…», logra decir ahora cuando ya la tormenta pasó, al menos por el momento y hasta que llegue otro torneo.
Entrenador de éxito en equipos escolares y juveniles, Coll lucha ahora contra “problemas” mayores, pero no le importa el cambio y como otras veces confía en mantener el ascenso y por eso ratifica que «Medalla de bronce en los centroamericanos y un año después medalla de bronce aquí… es un salto grande y nos queda mucho por hacer, pero ellas saben que se puede».
Entonces la pregunta obligada, sin la que no podemos despedirnos:
¿A qué les “sabe” entonces este bronce?
A nosotros nos sabe a oro. A trabajo, a sacrificio, a mucho trabajo duro…
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