Los amores del Diablo Ilustrado

Los amores del Diablo Ilustrado
Fecha de publicación: 
22 Julio 2019
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―Fidelito, ¿qué tal si comenzamos por los antecedentes?

―Es un libro-disco que tiene un antecedente más cercano en Las confesiones del Diablo Ilustrado. Primero fue El Diablo Ilustrado, un libro en solitario; después se hizo otro que se llamó Las confesiones del Diablo Ilustrado, que era un libro-disco; la Casa Editora Abril hizo el libro y la Egrem el disco. Eran historias de amor de un trovador anónimo, quizás era autobiográfico, pero lo más importante fue dar la idea de lo que es un trovador. Cada relato iba casado con una canción.

―¿Y Los amores…?

―Son doce relatos de amor en que los personajes son figuras clásicas de la cultura cubana, latinoamericana y universal; dígase José Martí, John Lennon, Silvio Rodríguez, Sindo Garay, Violeta Parra, Roque Dalton, Santiago Feliú, Gerardo Alfonso… Todos los capítulos son nombres de mujeres. Por ejemplo, Santiaguito aparece en Norma, con Marilyn Monroe; Julia es una historia sobre Lennon, que conoció a una santiaguera, según el relato; Violeta es una historia acerca de ella y Gilbert Favre, que fue realmente su gran pasión; Roque Dalton con Aida, y así, son historias de amor en las que los protagonistas son figuras clásicas para, un poco, avanzarles a muchos jóvenes que quizás no conozcan a esas figuras cardinales de la cultura, que yo creo que son esenciales para vivir.

―¿Es un homenaje?

―Es más bien como aprovecharse de la esencia de esos que estuvieron en otros momentos de la historia humana, en otros lugares, o que están todavía y que nos son necesarios con sus esencias para ver mejor la vida.

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―¿Cada texto va con una canción?

―Sí, cada texto va con una canción muy directamente relacionada con el relato o con la misma figura. Todas las historias tienen que ver con las vidas de los personajes. Por ejemplo, la de Martí recrea el pasaje de Martí con Blanca de Montalvo, cuando era un muchachito que fue para España, en la Universidad de Zaragoza. La canción es un poema de Martí, en este caso, y la canta Suylén Milanés.

―¿Cuánto de historia real hay en los textos?

―Casi todas las historias están construidas sobre fragmentos de textos de ellos mismos. Por ejemplo, en el de Norma y Santiago son fragmentos de una canción que él le hizo a Marilyn Monroe, aquella de «dame un beso desmedido y saturado», y fragmentos de poemas que escribió Marilyn Monroe, o que escribió Norma, para decirlo bien, porque era su verdadero nombre, y apenas se conoce. Por supuesto que es un amor imposible, porque Santi nació unos meses antes de que ella muriera, pero yo creo que en el arte no hay imposibles y cuando Santiago describió el beso, estoy seguro de que estaba amando a Marilyn Monroe.

―Podría decirse que este libro-disco está rodeado de «causas y azares».

―Por ejemplo, el disco abre con Santiago Feliú, incluso abre con su propia voz, y la canción, Norma y Santiago, la canta Frank Delgado. Cuando se hizo el disco, queríamos que no solo hubiera una relación de acuerdo al arreglo. Los arreglos son de Robert Luis Gómez, que fue guitarrista de Santiago Feliú, para más suerte. Está una de Violeta Parra, que se llama Oración por tu piel, que la canta una chilena, Natalia Contesse, quien, además de la herencia musical de Violeta Parra, tiene una carpa, como la tuvo Violeta en Santiago, con los mismos objetivos de enseñar el folclor, la cultura popular.

«La Silviada la interpreta Eme Alfonso y es otro de los azares, porque realmente esa canción la iba a cantar un trovador más cercano a la generación de Silvio, pero a ese amigo lo operaron y no pudo participar; entonces Robert Luis sugirió por la voz a Eme, y resulta que la primera grabación que ella hizo fue las voces de Escaramujo, cuando tenía seis o siete años, para el disco de Silvio, el mismo en el que está Casiopea, la que inspira esa canción que ella cantó ahora».

―¿Quiénes son los intérpretes en el disco?

―Está Frank Delgado en Norma y Santiago; Roly Berríos y Yaima Orozco, que hacen el Revolution, que es el homenaje a Lennon; Leonardo García, que interpreta el poema Desnuda, de Roque Dalton; Ray Fernández, que cierra con el homenaje a Sindo Garay; está Héctor Téllez Jr., que hace la única canción que se repite de un disco a otro, que es Mi príncipe azul, en una versión muy rockera, casi psicodélica, y puede parecer muy raro, pero tiene que ver con el texto, con la historia y con la canción, pero el track lo comienza Fina García Marruz diciendo uno de sus poemas; Suylén Milanés canta A Enma, y la introducción es de Bladimir Zamora, quien era un tremendo martiano, diciendo un fragmento de uno de sus poemas.

«Está un fragmento de poema de Nicolás Guillén en su voz, y entonces ahí mismo Luna Manzanares hace una pieza que juega a su vez con Giovana, se llama A través del cristal y es una canción que tiene que ver con esa historia de amantes que tienen que estar ocultos ante las miradas ajenas. Hay una pieza instrumental compuesta para el disco por el propio productor musical, Robert Luis, que se llama Los amores del Diablo».

―¿El Diablo sigue pensando principalmente en los jóvenes?

―Generalmente, yo pienso sobre todo en los jóvenes; quizás porque uno tiene hijos también jóvenes y siempre me engancho en las nuevas generaciones, porque es más fácil también que uno dirija su camino por buenos lugares. Los adultos muchas veces piensan que la vida ya ocurrió, aunque creo que la vida es una constante creación, pero los jóvenes, por lo regular, a pesar del bombardeo de una cultura de no pensar, de dedicarte a lo más epidérmico, están descubriendo muchas cosas en la vida: el amor, la sexualidad, y también empiezan a ver el mundo por sí mismos, y de alguna manera empiezan a cuestionárselo todo, como si todo les empezara a dar vueltas en la cabeza; entonces es mostrarles: mira, hay esta opción…

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