Antonio Scull, el hombre de los equipos olímpicos

Antonio Scull, el hombre de los equipos olímpicos
Fecha de publicación: 
4 Abril 2019
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Antonio Scull figura entre los mejores bateadores de la historia del béisbol capitalino. Lo demuestran los números de su carrera, compartida entre los equipos de Metropolitanos e Industriales.

El carismático jugador tuvo excelente línea ofensiva durante 20 años, cerrada en 312/398/504 (AVE/OBP/SLU), con más de 200 jonrones, 949 anotadas y mil 94 impulsadas.

“El Líquido”, como le conocen sus allegados, se las arregló para integrar los elencos de la Isla a tres citas olímpicas, cuando abundaban los buenos inicialistas.

JIT quiso conocer detalles de la vida de un hombre que a sus 53 años se mantiene muy bien físicamente.

¿Cómo te iniciaste en el béisbol?

Comencé en el municipio San Miguel del Padrón con Julio Castanedo, quien lamentablemente ya falleció. Fue mi primer entrenador. Transité por la pirámide hasta que debuté en series nacionales.

¿Cuándo llegó ese momento?

Entré en la temporada 1985-1986 con Metropolitanos. Incluso integré el equipo a la Serie Selectiva, pero apenas jugué. Allí inicio mi carrera deportiva al máximo nivel.

¿Qué significó ser parte de los rojos de la capital?

Estuve nueve años con Metropolitanos. Ese equipo nos impregnó mucho compañerismo porque estuvimos juntos los mismos durante ocho años. Esa unión nos llevó dos veces a discutir los play off contra Industriales y tuvimos la posibilidad de ganarle, pero no lo concretamos. Después pasé a los azules y estuve once años ahí.

Con Industriales llegaron los títulos…

No es secreto para nadie que Industriales es el equipo insignia de Cuba. Logré cosas importantes vestido de azul. Estampamos un récord de juegos ganados para una temporada. Ganamos tres títulos con Rey Vicente Anglada como mánager, dos seguidos frente a Villa Clara y el tercero ante Santiago de Cuba. Fueron momentos muy importantes en mi carrera deportiva.

Tuviste la inmensa fortuna de participar en tres juegos olímpicos y ganar el oro en Atlanta 1996 y Atenas 2004. Recordemos cada una de esas citas estivales…

Atlanta 1996…

Llegué a la competencia de 1996 siendo un atleta en plena madurez deportiva. No tuve la posibilidad de jugar regular porque en primera base estuvo Lázaro Vargas. Bateé de 5-3 con un jonrón, un tubey y un hit. Ese torneo fue una escuela para mí porque compartí con peloteros de la talla de Omar Linares, Orestes Kindelán, Luis Ulacia, Pedro Luis Lazo y el difunto Miguel Caldés.

Sídney 2000…

Pensé que podía jugar más. Abrí como regular el primer día ante Sudáfrica y me fui de 4-3, con dos carreras impulsadas. Pero se lesionó Antonio Pacheco, lo pasaron a designado, y Kindelán fue a la inicial. Pasé al banco. La suerte no me acompañó, pero estaba destinado a ser el inicialista regular en aquellos juegos olímpicos.

Atenas 2004…

Tuve el privilegio de estar en el último título olímpico del béisbol cubano. El director del equipo, Higinio Vélez, trazó una estrategia. Abría jugando como titular Danny Miranda ante lanzadores zurdos y yo frente a derechos.

Ponían a muchos zurdos porque tenían mejores números ante Cuba y no tuve muchas posibilidades. Me fui de 6-4, pero ganamos la medalla de oro que fue lo más importante.

Además de las selecciones olímpicas tuviste otras oportunidades con las “cuatro letras”…

Milité en varios Cuba B. Con la selección grande estuve en el Campeonato Mundial de Taipei de China en 2001.

Allí le ganamos a los norteamericanos después de perder con ellos en Sídney. Fue un torneo fuerte y de gran calidad. Tuve más participación, con 15 o 16 turnos al bate y promedié para 375, con dos jonrones y siete carreras impulsadas.

¿Cuándo llega el retiro?

Me retiré en el 2006. Estaba bateando 375 en la serie nacional y me llamaron a una oficina en el estadio Latinoamericano para decirme que no asistiría al Primer Clásico Mundial porque llevarían a atletas jóvenes. En ese momento tomé la decisión de retirarme con 40 años.

¿Qué hiciste después de colgar los spikes?

Nunca he estado desvinculado de la pelota. Seguí trabajando en la base. Ahora estoy al frente del béisbol en el municipio San Miguel del Padrón.

¿Director con el que más cómodo te sentiste?

Tuve dos directores muy grandes: Rey Vicente Anglada en las series nacionales y Jorge Fuentes con el equipo Cuba.

¿Lanzador más difícil?

El zurdo Faustino Corrales. Fíjate si fue difícil para mí que en 20 años no tuve la posibilidad de darle un hit.

El público siempre se metía contigo y respondías con batazos…

Me gritaban en todos los estadios de Cuba, pero eso me animaba más. Los gritos y abucheos hacían que me esforzara en hacerlo mejor. No les guardo rencor a los aficionados porque el público es una parte indispensable del espectáculo, y sin ellos los atletas no somos nadie.

¿Qué opinas del béisbol cubano en la actualidad?

Tenemos que trabajar un poquito más. Hemos bajado la guardia y hay que recuperar los resultados al máximo nivel.

¿Industriales o Metros?

Si ahora me dieran a escoger un equipo volviera a los Metropolitanos.

¿Qué representa el béisbol para Antonio Scull?

Es todo. Mi familia, mi casa, mis amistades. Todo se lo debo al béisbol.

LABOR DE ANTONIO SCULL EN SERIES NACIONALES

SN   JJ    CB    VB    CA   H      AVE OBP 2B  3B  HR  TB   SLU  OPS  CI    BB  

20  1549  6279 5357 949  1669  312  398 350  29  208 2701 504  902  1094 759

 

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