Mahathir a los 93: Malasia y su Premier estrella
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Mayores impuestos a la clase pudiente, cambios en el gabinete, investigación de casos de corrupción e incentivos que ya producen favorablemente y reactivan a una aún floreciente economía, forman parte de los logros de la actual etapa de trabajo del primer ministro Mahathir Mohamad, quien a sus 93 años —algo inédito— asombra por su claridad de mente, disposición y actitud, por lo cual fue nuevamente electo.
Mahathir, quien fuera amigo de Fidel y admirador de la Revolución Cubana, ha tenido que enfrentar la reducción del Producto Industrial Bruto anual de Malasia y tomar decisiones contra exmiembros del gabinete, hoy acusados de corrupción, como el anterior premier y discípulo suyo, Najib Razak.
Pensando en el delineante de la actual Malasia, Mahathir renunció en el 2003, tras haber manejado la nación durante mucho tiempo; sin embargo modificó nuevamente la solicitud política convencional, al alinearse con el viejo enemigo, el pionero de la resistencia Anwar Ibrahim, furioso acerca de la impureza acumulada de Najib.
En su primera semana de regreso al control, Mahathir declaró cambios para prescindir de manera viable de un gasto en productos y emprendimientos, una imperativa fuente de ingresos del gobierno, reintroducir una evaluación comercial y auditar algunas tareas marcadas por el gobierno anterior.
Mahathir también garantizó la reintroducción de las asignaciones de combustible, sin temer que lo acusaran de populista y de que ello pudiera perjudicar el desarrollo monetario y debilitar la calidad financiera de la administración.
Aunque la organización calificadora Moody’s —propulsora del neoliberalismo— dijo que las garantías de la batalla por la decisión del gobierno serían «negativas para el crédito» para la economía, a menos que se tuvieran que hacer modificaciones para contrarrestar el efecto, Mahathir no hizo caso y aconsejó a los malasios no estresarse, ya que su organización estaba en ese punto recortando gastos. Los hechos siguientes le dieron la razón.
Posición antimperialista
Extremadamente extensa sería relatar los pormenores de la rica vida de este hombre que siempre ha tenido una posición nacionalista, antiimperialista y antisionista, por lo que se ha granjeado grandes y peligrosos enemigos, pero también una fuerte corriente de simpatía de su pueblo, que hasta ahora ha confiado siempre en él.
Mahathir siguió atrayendo controversia en su retiro por sus comentarios sobre asuntos internacionales. Es un crítico estridente de Israel y ha sido acusado de ser antisemita. En una publicación de blog del 2012, hizo eco de afirmaciones pasadas al escribir que «los judíos gobiernan este mundo por poder».
También en el 2012 declaró: «Me alegra que me etiqueten de antisemita [...] ¿Cómo podría ser de otra manera, cuando los judíos que tan a menudo hablan de los horrores que sufrieron durante el Holocausto, muestran la misma crueldad nazi? Tienen dureza de corazón hasta con sus propios aliados, cuando alguno trata de detener la matanza sin sentido de sus enemigos palestinos».
Mahathir estableció la Comisión de Crímenes de Guerra de Kuala Lumpur para investigar las actividades de Estados Unidos, Israel y sus aliados en Iraq, el Líbano y los territorios palestinos.
Hace unos das acusó a Israel de ser un Estado ladrón, por haberse anexado al Golán sirio, y a Donald Trump, por haberlo apoyado.
Al respecto, recordó una vieja sugerencia suya, al apuntar que los atentados del 11 de septiembre del 2001 podrían haber sido orquestados por el gobierno de Estados Unidos, algo que tiene sentido, ¿no es así?
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