DIARIO DEL FESTIVAL: Pontus Lidberg sigue a una sirena
especiales
Las densidades conceptuales de Siren (Danish Dance Theatre, coreografía de Pontus Lidberg) quizás lleguen a abrumar algunos, pero la belleza del entramado y de las imágenes pueden reconciliar al abrumado.
Las metáforas por momentos son muy diáfanas, pero a veces se oscurecen, se regodean en un hermetismo que provoca e inquieta al espectador… hasta que se asiste otra vez a un alumbramiento.
Tratar de encontrar líneas argumentales “lógicas” resulta complicado en una propuesta que se debate en lo onírico, pero es posible comulgar con ciertos impulsos líricos. La obra está bien estructurada, aunque por momentos la exposición se ralentiza más de la cuenta: abundan y se extienden las “mesetas” entre los puntos de más intensidad.
Los bailarines (incluido el propio Lidberg) participan activamente en la recreación de una atmósfera, que los acoge e integra: personas que se mueven entre la bruma, buscando (y encontrando) un camino.
Las funciones tuvieron lugar en la sala Covarrubias del Teatro nacional de Cuba y fueron premiadas con una larga ovación de los presentes.
Y en el Gran Teatro…
El reconocido fotógrafo estadounidense John Rowe presenta en el vestíbulo de la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso la exposición Detrás del telón, 26 instantáneas que develan el esfuerzo y el empeño que sostienen al Ballet Nacional de Cuba. Se trata de un ensayo sobre el trabajo (muchas veces oculto al público) de bailarines, maestros, ensayadores y técnicos.
Mientras, en ese mismo lugar, el estadounidense Eric Politzer y el cubano Ramsés H. Batista, exhiben la muestra Paralelos, que recrean diferentes aristas de los bailarines de la compañía: el bailarín en escena y en su rutina diaria; el intérprete asumiendo el ballet clásico y la danza contemporánea...
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