Voleibol Femenino: Restablecer la disposición y valentía
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«Trabajamos para contribuir a restablecer la disposición y valentía que caracterizó al voleibol femenino cubano», manifestó Tomás Fernández, director técnico del equipo sub-23 años que desde este martes intervendrá en la IV Copa Panamericana en Lima, Perú, en el inicio del proceso clasificatorio rumbo al mundial de la categoría en el 2021.
La selección antillana debuta en el grupo A de la preliminar contra Guatemala; el miércoles enfrentará a Chile y el jueves a las anfitrionas. En el B lidiarán República Dominicana, campeón defensor de las tres anteriores ediciones, Colombia, México y Costa Rica.
«Me sorprendí cuando el presidente de la federación cubana, Ariel Sainz, me orientó ir al frente del grupo, lo que para mí representa un gran reto personal después de la actuación de la selección nacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, donde finalizamos en séptimo lugar con solo una victoria», señaló a JIT quien ha dedicado a esta disciplina la mayor parte de sus casi seis décadas de vida.
Reconoció como dura la tarea de cambiar la imagen actual del voleibol femenino de la Isla, el objetivo principal en la capital peruana. «Lo empezamos a hacer desde el primer día que reunimos a las muchachas y observamos en los partidos de entrenamiento una lucha incondicional sobre el balón».
Cuando se le inquiere sobre cómo retomar las esencias de la Escuela Cubana de Voleibol no titubea al decir: «Cumplir altos volúmenes de trabajo con tareas y metas concretas, como se trabajó siempre; elevar lo físico y retomar el pase alto cuando el recibo no está en la zona táctica. Antes aparecía una cubana, ni siquiera voy a mencionar a Mireya Luis, sino a cualquiera que tocaba 3,25 metros y atacaba por arriba del doble o triple bloqueo rival. Eso lo hemos perdido».
Comentó también sobre la debilidad de los conjuntos isleños en la recepción y la defensa del campo: «Eso lo resolvíamos con pases altos y mujeres que se elevaban alrededor de los 3,25 y 3,30 metros, y con algunas que llegaban a 3,40 como Mireya Luis, Regla Torres y Mercedes Calderón».
«El contrario sigue bloqueándonos a 2,90, pero nosotros estamos atacando a 3,05 o 3,11. La máxima expresión de la saltabilidad hoy en la preselección nacional es Ailama Cesé con 3,28, algo distante de lo que se hacía en la época de las victoriosas Morenas del Caribe», señaló.
Fernández recalcó que «podemos tener carencia de materiales, de topes, pero lo que nunca ha faltado es la valentía, la gallardía con que enfrentamos cada evento. El reto que tenemos es volver a esa disposición y ganar otra vez la confianza del pueblo, de la Federación Cubana de Voleibol y del INDER».
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