Barranquilla sucumbe a la locura, ¡Colombia es la reina del basket!
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Gritos, alegría, lágrimas. Más de cuatro mil personas que abarrotaron la instalación con banderas, camisetas amarillas y entonaron cánticos en todo momento, no se podían creer el espectacular triunfo de 67-65.
Lo que parecía un imposible poco a poco se fue haciendo realidad. Las cafeteras salieron impetuosas frente a unas caribeñas más nerviosas de lo habitual y conquistaron una medalla de oro inédita en estos torneos, en los que incluso jamás habían llegado a las semifinales.
Las discípulas del técnico antillano Alberto Zabala dominaron ligeramente el primer segmento 17-15, en un leve anuncio de lo que se podía venir si no afinaban su puntería.
No obstante, en el segundo cuarto ratificaron su condición de favoritas y se fueron al descanso con ventaja parcial de 30-23. Las aguas tomaban su nivel aparente sobre el lujoso tabloncillo del Chegwin.
Hace par de días ambas escuadras se vieron las caras para definir su grupo clasificatorio y las cubanas obtuvieron una fácil victoria. Pero ahora el encuentro no se desarrolló de la misma forma para las 10 veces titulares centrocaribeñas.
Lideradas por las pequeñas y veloces defensas Maira Caicedo y Maria Palacio, las anfitrionas fueron descontando poco a poco la diferencia hasta situarse al frente por dos puntos al término del tercer período.
A golpe de triples y defensa... y de magia y suerte también, las mismas jugadoras que se titularon en los pasados Juegos Suramericanos de Cochamba y un poco antes en los Bolivarianos de Santa Marta, se llevaron el partido a su territorio y, de repente, fueron las cubanas quienes miraban a cada rato el reloj y erraban pases y tiros como unas inexpertas.
Minutos finales de infarto. Imprecisiones en ambos costados. Faltas, tiros libres. Cuba logró el empate con un posesión por jugar y Colombia perdió la bola de la canasta definitoria. Tiempo extra.
El banquillo de la mayor de las Antillas pedía calma a sus muchachas. Cinco minutos más para comenzar de cero y mostrar el verdaderío poderío del quinteto anitillano.
Pero ninguna de las jugadoras se imaginó que llegarían a este extremo y el desgaste les pasó factura en el añadido.
El resto es historia. Como en una película de Hollywood con guión al estilo David contra Goliath, las situaciones de juego empezaron a favorecer a las cafeteras, mientras el futuro se tornaba cada vez más negro para Cuba.
Fin de la historia. Colombia campeón de Centroamérica y el Caribe en el baloncesto femenino por primera vez en la historia. Un éxito, no lo dude nadie, del que se estará hablando aquí por mucho tiempo.
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