Shankland fue demasiado

El ajedrez, se ha dicho muchas veces, es un deporte de momentos. Salvo genios al estilo Carlsen, la mayoría de los mortales de este planeta tienen sus instantes en los que ganan y pierden, y otros de gloria, períodos en los cuales parecen tocados por la gracia divina y todo les sale bien.

Así parece estar actualmente el Gran Maestro estadounidense Samuel Shankland, quien acaba de coronarse en la edición 53 del Memorial Capablanca. Ya el californiano venía con el nada despreciable aval de haberse convertido en campeón nacional de Estados Unidos, que hasta el otro día podía ser considerado un título normal, pero ya con la presencia en cartelera de monstruos como Fabiano Caruana, Wesley So, Hikaru Nakamura o Alexander Onischuk, las cosas toman otro cariz.

Con ese mismo impulso llegó Shankland a La Habana, y en el capitalino hotel Habana Libre sentó cátedra casi desde el mismo comienzo, hasta terminar con cinco victorias en 10 partidas. De esos cinco éxitos, cuatro fueron contra los trebejistas de casa, pues le asestó par de derrotas tanto a Lázaro Bruzón como a Yusnel Bacallao.

Antes de moverse la primera pieza, decíamos que el certamen sería un reto importante para Bruzón, que solamente pudo vencer en la ya lejana edición de 2002, cuando comenzaba su carrera internacional, pero sus presentaciones desde entonces fueron casi todas discretas.

Lejos estaba de pensar que esta sería la peor, al anclar en el último puesto, pese a ser el segundo en el listado de preclasificación, de acuerdo con el Elo de los contendientes.
 
Desde el mismo inicio, comenzaron a torcerse las cosas para el tunero, pues no pudo vencer en su desafío inicial al español David Antón, quien llegaba con el peor coeficiente entre los foráneos.

Al día siguiente, encajó su primer revés ante el norteño, y nunca más se le vio cómodo en la lid, la más antigua de América Latina.

Nada buenos son estos presagios para el ajedrez cubano pensando en la venidera Olimpiada Mundial del juego ciencia, pero afortunadamente todavía falta bastante tiempo (será en septiembre), y como el ajedrez es de momentos, ojalá los nuestros vivan uno bueno para esa fecha.