Desfilan trabajadores de Serbia con demandas laborales
especiales
En el acto, en la plaza frente a la histórica Casa de los Sindicatos, en medio de un mar de banderas -donde las blancas y las azules primaron sobre las rojas- el ministro del Trabajo, Zoran Djordjevic, debió soportar desde un costado de la tribuna una andanada de protestas por la situación imperante en el mundo laboral. La manifestación fue convocada por la Unión de Sindicatos Independientes de Serbia y los Sindicatos Ramales Unidos 'Independencia', dos de los muchos gremios en que se fragmentó el movimiento obrero del país, así como también algunas pequeñas agrupaciones, como el Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia.
Ljubisav Orbovic, presidente de la primera organización, resaltó que hoy los serbios luchan por la misma ecuación 8-8-8 reclamada un día como hoy de 1886 por los obreros de Chicago, porque las jornadas son de 10-12 horas diarias, exiguos sueldos y sin pago de horas extra.
Dijo que la consigna principal de esta celebración 'Si los salarios suben, los jóvenes se quedan', tiene más vigencia que nunca porque el éxodo masivo de las nuevas generaciones calificadas es la consecuencia de la falta de empleo y los más bajos salarios de Europa.
El tanto, Zoran Stojanovic, líder del otro gremio convocante, fue especialmente ilustrativo, al recordar que la producción industrial de hoy es el 50 por ciento de la alcanzada en 1988 y remarcó que para retornar a aquellos niveles se requiere de un crecimiento anual del producto bruto interno de 4-5 por ciento anual durante una década.
Son 30 mil los jóvenes formados por el estado y la sociedad que marchan al extranjero cada año porque aquí no encuentran un puesto para sus capacidades o, si lo logran, reciben un salario miserable, remarcó, para añadir que desde los 90 del pasado siglo el éxodo suma un millón.
Advirtió que los manifestantes transitarán hoy frente al parlamento para hacerle llegar los reclamos del pueblo que lo eligió, pero a sabiendas que allí los diputados se comportan como los personajes del teatro de muñecos.
No queremos promesas ni más pérdida de tiempo y en el futuro seremos más los manifestantes y también exigiremos más, concluyó.
La columna recorrió varias arterias principales del corazón de Belgrado y, tras pasar por la sede del Poder Legislativo se dirigieron a la Casa de Gobierno para reiterar sus reclamos con otra consigna de especial contenido: Nista od nama vez nas (Nada (se decide) sobre nosotros sin nosotros.
En tanto, una verdadera multitud inundó las áreas de recreo de las 330 hectáreas del parque capitalino Kosutnjak, un coto de caza de la nobleza serbia en el siglo XIX, donde desde la víspera acampan familias belgradenses y visitantes junto a los fogones humeantes y el tañido de botellas, así como improvisados conciertos. En esparcimiento vaciado de contenido, como lo promueven los medios y las redes comerciales, se ha transformado la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores no solo en Serbia, sino en la totalidad de los países de esta región.
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