Cifras de contrabando humano en EE.UU. y Canadá son alarmantes
especiales
Más de 18 mil víctimas del tráfico humano llegan cada año a Estados Unidos, país donde solo media docena de estados hasta hoy crearon organismos especiales de vigilancia para intentar contrarrestar una tendencia delictiva en franca expansión.
Las estadísticas fueron confirmadas por el Departamento Federal de Salud y Recursos Humanos, y entre los territorios con mayor incidencia resaltan California, Texas, Colorado, Florida, Washington y Nueva York.
El 76 por ciento de las personas afectadas por este crimen son del sexo femenino, entre ellas muchos menores de edad, y la mayoría proviene de naciones en Asia y América Latina.
A inicios de este año el Departamento de Justicia instituyó 40 nuevas unidades de expertos en inteligencia policial, psicología, criminalística e inmigración que están siendo distribuidas por el territorio nacional, pero con prioridad enfocada hacia el sur.
Una operación de estos organismos frustró en mayo una red de contrabando y prostitución en California, y detuvo a cinco individuos estadounidenses que tenían a una veintena de mujeres asiáticas prácticamente presas en burdeles de Los Ángeles.
Muchas víctimas son trasladadas directamente desde puertos hasta hoteles y el nivel de subyugación es tan alto que se fomenta el llamado Síndrome de Estocolmo, y por ende resulta difícil que delaten a sus captores, comentó el psiquiatra Jayceon T. Taylor. Una línea telefónica especialmente habilitada por el Buró Federal de Investigaciones recibió en 2011 cerca de 10 mil llamadas individuales de ciudadanos quienes dijeron que son o han sido víctimas de contrabandistas en Estados Unidos.
Este sistema de monitoreo se llama Polaris Project, se mantiene activo 24 horas y las denuncias llegan sobre todo desde California, Texas, Florida y New York. Hablan no solo de abusos sexuales, sino también de personas obligadas a laborar como peones de campo, trabajadores sociales, chóferes de camiones y taxistas.
El flagelo del tráfico humano también golpea a los vecinos del norte y el gobierno de Canadá activó un programa a un costo de 25 millones de dólares para contrarrestar el oscuro y humillante negocio que menosprecia la vida de los inmigrantes.
Cálculos extraoficiales indican que unas 15 mil personas son introducidas ilegalmente en Canadá cada año y la mayoría son mujeres y niños con niveles de escolaridad inferiores a sexto grado.
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