Clausurado proyecto Ciudad Generosa de la XI Bienal (+ FOTOS)

El proyecto Ciudad Generosa, liderado por el artista René Francisco Rodríguez y sus alumnos del Instituto Superior de Arte, de la Cuarta Pragmática, fue clausurado hoy en la popular barriada capitalina del Vedado.
 
Esta propuesta, entre las más populares de la XI Bienal de La Habana, surgió como una de las originales prácticas pedagógicas que René Francisco planteó a sus discípulos en septiembre de 2011, con el principio de construir una comunidad solidaria entre sus vecinos, propiciadora de las buenas relaciones humanas y con la naturaleza.
 
Como no es usual, el profesor, quien ostenta el Premio Nacional de Artes Plásticas 2010 y participa en las Bienales de La Habana desde 1994, construyó una casa en esta especial comuna, una torre molino que da la bienvenida a los visitantes.
 
Cada estudiante creó su diseño, se agenció los materiales necesarios y construyó una casa, en diálogo directo con sus vecinas y propiciando la creación de espacio de disfrute colectivo, como el vivero de lombricultura, metáfora de trabajo conjunto en beneficio de todos, incluido el entorno.
 
El conductor del proyecto, en anteriores encuentros con la prensa declaró que esta es una solución ideal que puede servir de modelo para una comunidad real y una muestra fehaciente de lo mucho que se puede lograr con escasos recursos materiales.
 
Ciudad Generosa es uno de los tantos ejemplos de la vocación, especialmente subrayada por esta edición de la bienal, de poner en diálogo directo al arte con las personas, sin hacer concesión alguna ni tener amagos de populismo.
 
Desde el 11 de mayo y hasta el próximo lunes, a esta cita del arte del tercer mundo han acudido unos 180 creadores de 43 países, quienes asumieron la concepción general de las prácticas artísticas y el imaginario social.
 
También se han exhibidos varios proyectos colectivos de gran resonancia popular como Detrás del muro, la Conga Irreversible, de Los Carpinteros,  el performance representación escénica- Las Cabezas, del cubano Manuel Mendive y El barco de la tolerancia, de los rusos estadounidenses Ilya y Emilia Kabakov, que nucleó el trabajo de unos 500 niños.