SERIE LUCIFER: El ángel que cayó dos veces

SERIE LUCIFER: El ángel que cayó dos veces
Fecha de publicación: 
22 Enero 2018
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Más de uno también pensaría que si esto sucediera, reconocer al Anticristo sería cosa fácil: alas de murciélago, rostro demoníaco, ojos rojos, olor a azufre… Pero no. Ningún rasgo fenotípico propio de la teología cristiana medieval se aplica al Adversario, o al menos así lo cree la cadena televisiva Fox. En la serie “Lucifer”, el Ángel Caído es todo un galán que administra su propio negocio, viste con elegancia y sabe tocar el piano. No es una sátira irreverente, tan solo una buena historia entretenida que pudo ser en algún momento apasionante.

La serie no es más que el intento de llevar a la pequeña pantalla al exitoso spin-off del comic “The Sandman”, escrito por el novelista británico Neil Gaiman y publicado por la línea Vértigo de DC. “The Sandman” es una magnífica novela gráfica capaz de emular con otras grandes obras de la literatura. En ella se nos narra la historia de Morfeo (la entidad del Sueño), el cual, en una de sus andanzas, conoce a Lucifer. Al final de ese episodio, el Señor del Averno abandona su reino infernal y decide pasar su jubilación en la Tierra. Justo ahí es donde comienzan las aventuras del Diablo, relatadas en su propio comic, “Lucifer”, de Mike Carey.

En la serie televisiva se adapta la dinámica e interesante trama de la historieta homónima, sin embargo, dicha adaptación ha dejado en algunos mucho que desear. Hay quien acepta – hasta aplaude- el tono simple y refrescante de “Lucifer”. Otros prefieren atacarla bajo la justificación de que es una afrenta a su comic de origen. Claro, también existe quienes desean urgentemente la cancelación de esta serie por hacer del Diablo un héroe y por significar una falta de respeto a las enseñanzas de la Biblia, como es el caso de la American Family Association. Pero, como siempre, aquí trataremos de ser imparciales y decirle “al pan “pan” y al vino “vino”.

Los adeptos al Noveno Arte ven con malos ojos el hecho de que “Lucifer” no contemple ni siquiera un cameo de los personajes de “The Sandman” o cualquier otro del oscuro universo de Vértigo. Tampoco la serie cuenta con escenarios complejos como pudieran ser el Cielo o el Infierno, con todas las criaturas fantásticas que lo habitan. Pero en cuestiones como estas hay que ser realistas y pragmáticos. Llevar a la pequeña pantalla una copia fiel de la trama del comic significaría destinar mucho dinero a este pequeño proyecto. Sería, de uno forma u otra, hacer de “Lucifer” una producción tan cara como la de Game of Thrones.

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Por otra parte, es bien cierto que los personajes secundarios de la serie poseen un potencial desaprovechado. Tal es el caso de Maze(Lesley-Ann Brandt), quien juega un rol fundamental en el argumento del comic, mientras que en la versión televisiva apenas es una mujer seductora con ciertas habilidades de combate. Desarrollar a Maze como una Lilim (hija de Lilith, la demoníaca figura del folklore hebreo) puede ser una posible respuesta a las inconformidades de quienes han leído la historieta.

Otro de los puntos en contra que tiene “Lucifer” es la relativa invariabilidad de su formato. A grandes rasgos, no es más que un policíaco común: un caso a resolver por capítulo y algún pequeño adelanto del hilo principal de la trama. No es que el carácter detectivesco de las aventuras del protagonista junto a Chloe Decker (Lauren German) resulte un fiasco, sino que simplemente necesita de algo más. Ese plus podría ser un adecuado aprovechamiento de lo sobrenatural, lo cual marcaría un estilo propio y llamativo en la producción.

Del casting tampoco podríamos hablar muy bien, a excepción de Tom Ellis, quien encarna a Lucifer Morningstar. Este actor galés, a pesar de no guardar muchas semejanzas con el personaje de los comics, ha sabido darle los matices idóneos a su interpretación. Ellis comparte con Lucifer su aspecto de galán (pues se dice que Satanás era el más bello de los ángeles), además de la capacidad de transmutar sus expresiones de enojo a maldad diabólica y de ironía a ingenuidad infantil.

En resumidas cuentas es una buena serie, al menos para quien desee pasar un buen rato. A pesar de sus altas y bajas, el atractivo sigue siendo disfrutar de las andanzas de un Lucifer más cercano a “El paraíso perdido” de John Milton que al clásico demonio de las historias medievales. Este Anticristo no es la maldad personificada ni la serpiente tentadora a la que culpamos de nuestras desgracias. Tan solo es un rebelde, un inconforme, un ser cuyo único pecado ha sido el cuestionarse la obediencia como elemento indispensable para el orden universal. ¿Quién sabe? Quizás Lucifer sea realmente un héroe, el más humano de todos los humanos.

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