Concluye el XXXIX Festival Internacional de Cine

Concluye el XXXIX Festival Internacional de Cine
Fecha de publicación: 
17 Diciembre 2017
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En La Rampa, una de las salas del circuito cinematográfico, se proyectaron cintas dirigidas por Ivory, en homenaje a su obra, entre otras, Una habitación con vistas (1985), Regreso a Howards End (1992) y Lo que queda del día (1993).

Desde el ocho de diciembre, realizadores, productores y parte de los elencos de los filmes en concurso se dieron cita en esta capital para compartir con la prensa y público en general experiencias sobre los procesos de rodaje y post-producción.

También durante el certamen resaltó la presentación de películas restauradas, clásicos de la historia fílmica de América Latina como Tres Tristes Tigres (Chile), Canoa (México), Sur (Argentina) y las cubanas Lucía, de Humerto Solás, y Se permuta, de Juan Carlos Tabío.

En los días del evento se mantuvo abierta una exposición con los nuevos carteles de los audiovisuales recuperados, a partir de una convocatoria que reunió a 15 diseñadores nacionales para dar una nueva imagen a los materiales.

Como parte de las sesiones teóricas, se realizó un panel sobre la importancia de conservar el patrimonio fílmico de los pueblos como una manera de guardar su memoria, en el cual participó Josef Lindner, responsable de preservación de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.

Se presentaron diversas publicaciones impresas relacionadas con el mundo del séptimo arte, como Alfredo Guevara en el ejercicio de la crítica en Hoy y Nuestro Tiempo (1953- 1957), compilación de Iván Giroud; los números 201 y 202 de la revista Cine Cubano y en formato digital Voces en la niebla. Un lustro de joven audiovisual cubano (2010-2015), de Antonio Enrique González Rojas.

La numerosa presencia de filmes sobre historias femeninas fue otra de las características que distinguió al festival, encuentro en el que, además, sobresalió la calidad de actores naturales en diversas propuestas, entre ellas Matar a Jesús (Colombia), y Alanis y Una especie de familia, ambos argentinos.

Un 34 por ciento de los audiovisuales en cartelera fueron dirigidos por mujeres, una quimera en cualquier otro certamen de cualquier latitud en una industria globalmente gobernada por los hombres.

Ello se evidencia igualmente en la ceremonia de entrega de los corales, donde Alanis (Argentina), de Anahi Berneri, se alzó con el mejor largo de ficción, mientras que La novia del desierto, de Valeria Pivato y María Cecilia Atán (Argentina), resultó la mejor ópera prima.

Más de 400 cintas se proyectaron en las distintas salas capitalinas, de ellas más de 300 de factura latinoamericana, un programa en el que primó la variedad temática y la originalidad a la hora de abordar los conflictos.

Thriller políticos, la violencia en sus disimiles manifestaciones y puntos de vista, juegos de poder y difíciles decisiones con consecuencias éticas y morales, historias de pueblos originarios y dictaduras en la región tratadas desde esquinas atractivas y siempre reveladoras de tramas impactantes.

Las bajas temperaturas igualmente llegaron en los primeros días de diciembre pero no fueron obstáculo para que el público nacional llenara las salas y ovacionara los filmes de su preferencia, una cualidad que a decir de Laura Mora, directora colombiana distingue a este festival de muchos de los que se celebran en el mundo.

Por la Mayor de las Antillas dos películas entraron al concurso, Los buenos demonios, de Gerardo Chijona y Sergio & Serguei, de Ernesto Daranas, catalogada por los especialistas como la más esperada de la fiesta del cine este 2017 y la que obtuviera el premio del público; una cinta que habla de la amistad, de lo que perdura más allá de las coyunturas políticas e intereses individuales.

En el entorno del Hotel Nacional, recinto hotelero donde se desarrollaron algunas de las principales acciones del evento, se vio al actor estadounidense Ron Perlman, el Peter de Sergio & Serguei quien expresó que trabajar en este material y filmar en Cuba fue de las experiencias más excitantes de su carrera.

En la noche inaugural se entregó un premio Coral de Honor, al director brasileño Carlos Diegues, productor además de La película de mi vida, de Selton Mello, que abriera el evento y uno de los exponentes del Cinema Novo, del gigante suramericano.

De cara a su edición 40 a celebrarse el ya próximo 2018, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en esta ocasión se presentó como un suceso de afianzamiento, una pausa que sirve de impulso, según palabras de su presidente Iván Giroud, durante la ceremonia de apertura.    

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