Industriales-Matanzas: ¿por qué el mejor play off?
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Los cuatro juegos entre Industriales-Matanzas clasifican, con la lógica polémica incluida, entre lo mejor de la postemporada y quizás del campeonato. Los secretos para valorarlo así van más allá de las necesarias estadísticas y están, entre otros, en el pensamiento técnico-táctico de ambos mentores, el juego alegre, fuerte y emocionante hasta el último inning, así como el comportamiento del pitcheo.
Veamos primero los números de esta semifinal occidental, muy parejos en todos los aspectos principales de juego.
Industriales ha podido anotarle a la tropa yumurina 15 carreras, por 14 sus rivales, quienes lo superan en hit (39-34) y average (282-260).
La tropa de Víctor Mesa ha dejado más corredores en base (32 por 28), en tanto sus lanzadores lanzan ligeramente mejor que los capitalinos (12 limpias y 3,08 pcl por 13 y 3.34).
En cuanto al tacto, los muchachos de Lázaro Vargas se han ponchado 23 veces –ocho de ellos ante Joel Suárez– y han recibido 12 boletos, mientras los «cocodrilos» han sido abanicados en 17 oportunidades con 11 pasaportes gratis para primera. La defensa ha sido buena (cinco errores entre ambos conjuntos), aunque en el caso de los «rojos» sus tres pifias sí han pesado en sus derrotas.
Como si todo lo anterior fuera poco, ambas selecciones tienen igual cantidad de jonrones: Rudy Reyes y Yasmani Tomas por los azules; Yadiel Hernández y Lázaro Herrera por los rojos. Esos batazos fueron claves en las victorias de cada escuadra; al tiempo que en tubeyes los matanceros aventajan por uno a los industrialistas (7-6).
El mayor dolor de cabeza para los serpentineros de los «leones» ha sido el santiaguero devenido matancero, Manuel Benavides, quien ha conectado hits en los cuatro desafíos y batea de 16-8. ¿Será que la veteranía es consustancial con los play off, o que la maldad y picardía reunida en este pelotero es superior a la de esta generación de jugadores?
Del otro lado, el propio Rudy (17-6 y cinco impulsadas) y Alexander Malleta (14-5 y tres anotadas) han sido los más difíciles de dominar; en tanto el emergente Yoandri Urgellés (5-2) sigue siendo un zurdo temible, aunque su ubicación en la alineación en un solo partido ha limitado ese aporte ofensivo que le va haciendo falta a los multicampeones.
En cuanto al pensamiento técnico-táctico, pocas jugadas han llamado tanto la atención como el toque de bola mandado por Vargas con Frank Camilo en el cuarto inning del tercer pleito y el doble robo de los yumurinos en el octavo episodio del propio juego. Podremos o no estar de acuerdo, pero ambos mentores explicaron con argumentos sus motivos y no debemos olvidar que el béisbol es un deporte de probabilidad, sorpresa y riesgo, sobre todo de esto último, mucho riesgo en función de fabricar carreras.
Con toda justicia, la semifinal occidental entre Industriales-Matanzas es de mayor paridad y rivalidad que la Ciego de Ávila-Granma, en la cual no solo hemos visto marcadores desproporcionados, sino errores del ABC de la pelota, un pitcheo poco inteligente y una defensa granmense que en cada salida al terreno parece peor.
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pepe
y
Susana
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