La muerte de Prince y la epidemia de abuso de drogas en EEUU
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Los involucrados en la lucha dicen que el deceso de una celebridad puede ayudar a despertar conciencia sobre el problema, aunque también opaca a las otras cientos de víctimas que mueren cada semana. Otros sugieren que la atención a las muertes de famosos es transitoria y tiene un impacto limitado.
En el caso de Prince, las autoridades investigan si un médico le estaba recetando barbitúricos en las semanas previas a su deceso. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el récord de muertes por sobredosis de drogas en 2014 incluyó 18.893 relacionadas con analgésicos recetados y 10.574 relacionadas con heroína, a la que muchos se pasan tras volverse adictos a los analgésicos.
Barbara Cimaglio, subcomisionada de salud en Vermont, plantea la posibilidad de que la muerte de Prince, dependiendo de los detalles que emerjan, ayude a acelerar una discusión nacional en curso sobre cómo asegurar que los médicos sigan los procedimientos adecuados a la hora de recetar analgésicos opioides. Su departamento se ha unido a un llamado a cambios que ayudarían a reducir la práctica de recetas peligrosas.
Vermont es uno de varios estados donde las muertes por sobredosis se han incrementado dramáticamente en los últimos años. Su vecino New Hampshire actualmente tiene una de las tasas más elevadas de muertes por sobredosis de la nación.
Tym Rourke, de 44 años, quien trabaja con la Fundación Caritativa de New Hampshire y preside la Comisión del Gobernador para la Prevención del Abuso de Alcohol y Drogas, guarda dulces recuerdos de Prince.
"Lo vi en concierto cuando estaba en la escuela secundaria", dijo Rourke. "Nunca vi nada igual y probablemente nunca lo haga".
Rourke ha pasado dos décadas trabajando en el campo de las adicciones. Dice que ha habido un cambio dramático en años recientes, cuando más gente conoce personalmente a alguien que está directamente afectado por un abuso de drogas serio. "Nadie tiene el lujo ya de hablar de abuso de sustancias en lo abstracto", dijo.
No está seguro del impacto que pueda tener la muerte de Prince, una vez que se establezcan los detalles.
"Hemos visto a artistas de alto perfil muy queridos morir por abuso de sustancias en los últimos 30, 40 años", dijo. "Quizás la muerte de Prince le dé mayor visibilidad al asunto. Pero cuando yo me enteré de que esta era una posibilidad sacudí la cabeza y pensé, 'No otra vez'''.
Cimaglio, la subcomisionada de salud de Vermont, ha vivido lo suficiente como para recordar las muertes por drogas de Janis Joplin y Jimi Hendrix en 1970. "Parece haber una cadena de muertes de famosos que llaman la atención de la gente por un periodo de tiempo, y entonces seguimos adelante", dijo.
En Rutland, Vermont, una pequeña ciudad fuertemente afectada por las drogas, Tracy Hauck es directora ejecutiva del Turning Point Center, que ayuda a personas que intentan recuperarse de su adicción. Hauck pasó ella misma por ese proceso, tras perder su licencia de enfermería cuando fue atrapada falsificando una receta para los analgésicos a los que era adicta.
Un caso prominente de muerte por sobredosis puede ayudar a concientizar sobre los problemas de adicción, dijo, pero en general guarda sentimientos encontrados.
"Me molesta un poco cuando toda el bombo publicitario es porque se trata de una celebridad", expresó. "Esto le pasa a otras personas todos los días".
Dijo que las celebridades afluentes pueden tener acceso a doctores que les receten opioids en su forma más pura, mientras que los adictos menos conectados recurren a drogas que compran en las calles que pueden estar mezcladas con aditivos de alto riesgo como fentanilo.
Catherine Fennelly de Quincy, Massachusetts, cuyo hijo de 21 años murió de una sobredosis de heroína mezclada con fentanilo el año pasado, dirige un grupo de apoyo para otros afectados por muertes por sobredosis. Dijo que podría haber cierta ventaja si se determina que Prince fue víctima de una sobredosis.
"Fue una persona tan maravillosa, un músico increíble", dijo Fennelly. "Alguien que lo haya seguido puede pensar, 'caray, esto nos afecta a todos, nadie es invencible'''.
Al otro lado del país, en Orange, California, Denise Cullen funge como directora ejecutiva de una red nacional llamada GRASP que busca ayudar a familias e individuos que han perdido a seres queridos a causa de adicciones o abuso de drogas. El propio hijo de Cullen murió por problemas relacionados con adicciones en el 2008.
Cullen dijo que percibió en el público un mayor interés y comprensión de las adicciones tras la muerte por drogas del actor Philip Seymour Hoffman en febrero del 2014, y conjeturó que el deceso de Prince podría acelerar el cambio.
"No quiero sonar morbosa, pero creo que esto nos ayuda", dijo. "Cuando alguien es talentoso y apreciado, la gente escribe al respecto, habla al respecto... Cuando se hace de una manera apropiada, creo que es algo bueno".
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