Enrique Pineda Barnet, "Aplausos" y la voluntad de prescindir
especiales

En la apertura fílmica de la 15 Muestra Joven del ICAIC que tuvo lugar el pasado día 5 de abril, se exhibieron la película Últimos días en La Habana, de Fernando Pérez, y el cortometraje de ficción Aplausos, de Enrique Pineda Barnet.
Aplausos es la más reciente realización de Pineda Barnet, y forma parte de una serie que comenzó el cineasta en el año 1997 con First, y que integran otras cinco piezas, entre ellas La Ecuación (2000), y End y Upstairs, ambas del 2014; todas tratan de llevar a la práctica algo que en la teoría este director ha estado defendiendo que es la capacidad de prescindir; “prescindir, de lo prescindible, no de lo esencial”, ha reiterado el Premio Nacional de Cine 2006, quien no considera esta acción como sinónimo de empobrecimiento, sino una manera de quitar adornos, elementos superfluos, todo lo nimio y atesorar solo lo esencial.
Estos cortos tienen como línea poética este intento por perseguir lo cardinal, en una práctica de desapego que recuerda en cierta medida la filosofía budista y por supuesto esa monumental metáfora que es El Pequeño Príncipe, de Antoine de Saint-Exupéry.
En el caso específico de Aplausos , que retoma la imagen de Verónica Lynn en el personaje de la madre de Rachel, en el filme La Bella del Alhambra, pero con otro sentido, hay una tesis central y es la idea de que “un aplauso no siempre es una celebración”, -frase con la que cierra el filme-, y que sí puede ser en muchas ocasiones la esencia de la doble moral, de la mentira, de la hipocresía, del oportunismo, y que además de manera recurrente está pagado con dinero, con medallas o con otras dádivas.
Para la apoyatura de estas ideas, Pineda Barnet seleccionó cuatro obras de la artista de la plástica Antonia Eiriz, entre ellas Una tribuna para la paz democrática; también piezas de Tomás Sánchez, y de Rocío García, quien ya había colaborado en la visualidad de Verde, verde, realizado por este director en el año 2011.
Además de Verónica Lynn, aparece en el corto la voz de Isabel Moreno, y la actriz Beatriz Valdés, la eterna Bella del Alhambra, fue la productora ejecutiva. En la dirección de la fotografía estuvo el experimentado Raúl Rodríguez, quien se desempeñó como también tal en La Bella….; esta reunión no es casual, es una evocación del exitoso filme y también un especie juego de su director, pues el espectador encontrará una gran diferencia entre ambas realizaciones en materia de pensamiento.
Este corto tiene solo ocho minutos de duración, porque también tiene tal propósito el cineasta: tratar de narrar con los recursos mínimos, en el menor tiempo posible, por lo que tiene entre sus planes realizar varios materiales de solo un minuto.
Aplausos, no es una cinta que “aplaude”, es una incisiva intención de revisar conformidades y posturas ante la vida, a través de pocos recursos: los esenciales bastan.
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