Cruceros activan la economía cubana

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Cruceros activan la economía cubana
Fecha de publicación: 
1 Abril 2016
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    El MSC Opera, que hizo su primera "parada" en La Habana en diciembre de 2015, es el más grande barco de su perfil que arribó a la capital cubana. Tiene 59 mil toneladas de desplazamiento y capacidad para 2.600 pasajeros, 251,25 metros de eslora (largo), 28,80 metros de manga (ancho) y un calado de 6,60 metros.

   La impresión de "la primera vez" de los habaneros, y de los cubanos al ver este buque gigante lanzado al agua en 2004 en los astilleros Chantiers de l'Atlantique en Saint-Nazaire, Francia, no durarán mucho tiempo a causa probablemente de la "costumbre" con la que pronto observarán, quizá día a día, como entran grandes cruceros a sus puertos.

    La MSC Crociere, firma italo-suiza fundada en 1987 por el sorrentino Gianluigi Aponte es la cuarta mayor operadora de cruceros en el mundo y la segunda en Europa, sólo superada por Carnival Corporation & PLC, Royal Caribbean Cruises Ltd. y Norwegian-Star Cruises.

   El verdadero impacto de la empresa dueña del Opera en Cuba es que prácticamente abrió el camino de una competencia que se torna poco a poco en "dura", y que puede situar a este país en el camino de otros enormes buques repletos de pasajeros.

    Un catalizador de los cruceros con proa a Cuba es el "deshielo" con Estados Unidos. En ese contexto, la compañía de Phantom, del grupo estadounidense Carnival, ya anunció un primer viaje a La Habana el 1 de mayo próximo. Tras esa primera llegada, sus barcos vendrán desde Miami, Florida, cada semana con escalas en varios puertos cubanos.

    Aunque aún no se ha confirmado, el buque de Phantom que "hará" esos viajes será el Adonia 1 con capacidad para 704 pasajeros. Según estadísticas oficiales cubanas, este país ganará cada año más de 10 millones de dólares, si acaban las restricciones que aplica aún el embargo estadounidense sobre la economía nacional y que daña también al turismo.

    No obstante, es visible que en el plano turístico tales prohibiciones están cayendo poco a poco. No solo "se habla" de que el movimiento de ferrys entre ambos países estaría por restaurarse. Datos más concretas son los anuncios de llegadas de buques de recreo, y en el campo del transporte en general el acuerdo que tienen ya Cuba y Estados Unidos de establecimiento de rutas aéreas regulares entre los dos países. El efecto "crucero" más los viajes aéreos podrían "disparar" el número de turistas extranjeros que visitan la isla cada año y que ya fue en 2015, por vez primera, de tres millones y medio. Los nuevos tratados, las estadísticas, e incluso los planes de desarrollo parecen confirmar el puesto que ya se le atribuye nuevamente a la industria del ocio cubana como "motor de la economía nacional" y que según algunos expertos podría atender en un futuro a seis millones de turistas, si logra resolver sus problemas de infraestructura, aún agudos.

    Hasta 2030 las autoridades del sector ya anunciaron un programa de construcción hotelera, una expansión del uso de las nuevas tecnologías y más ofertas de áreas de buceo y la náutica, del turismo de eventos e incentivos, de naturaleza, de salud, de recorridos y circuitos, cultural y el impulso de programas inmobiliarios vinculados a campos de golf.

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