Obras fílmicas de cubanas en La Habana y New York

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Obras fílmicas de cubanas en La Habana y New York
Fecha de publicación: 
10 Marzo 2016
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Su inauguración fue en el cine La Rampa, y  luego las proyecciones se  trasladaron al Multicine Infanta.

El Dia internación al de la mujer, el aniversario 130 de la abolición de la esclavitud en Cuba  y el 57 del nacimiento  del ICAIC,  son fechas a las que se dedica esta jornada que reivindica  la mujer en el cine como realizadora.

En ese contexto de distintos espacios como Diálogo con la ausencia,  se han presentado Mi aporte de Sara Gómez; Yo soy la canción que canto de Mayra Vilasis ,  Laura de Ana Rodríguez, El pez de la Torre nada en el asfalto de Adriana Castellanos, Derecho de ser de Claudia Rojas y Te llamarás Inocencia de Teresa Ordoqui Bajo el título de Un tema dos miradas, se proyectaron Mírame mi amor de Marilyn Solaya y El mundo de Raúl de Jessica Rodríguez, El semental de Annia Ortega, De esta historia la mitad de Deymi Dary y La casa de Bernarda Alba de Belkis Vega.  Se rinde homenaje a las actrices Corina Mestre, Paula Alí, Luisa María Jiménez, Ketty de la Iglesia, María Teresa Pina, Janet Bernardo (en México), Verónica Díaz, más un  especial a la memoria de Alina Rodríguez. 
   

En el acápite Ellos las miran se deben proyectar La soledad de la jefa de despacho de Rigoberto López; Feliz navidad de Carlos Manuel Rodríguez; A solas con su voz de Manuel Jorge y La Nube de Marcel Beltrán.

Este viernes se prevé un homenaje a las realizadoras de la Televisión Serrana, con  las palabras de su fundador Daniel Diez, y se exhibirán las obras La otra salida de Menfesi Everslay, Camilo y Camila de Lenia Sainut y Sueños Mágicos de Rosaura Rodríguez Salazar.

El espacio Sin afeites presentará las piezas El grito de Milena Almira, Una casa doce chicas de Rosa M. Rodríguez, Divino guión de Jorge Velásquez y La bestia de Hilda Elena Vega y con  el nombre de Las dos caras de Eva, se rendirá homenaje a Isabel Santos  como actriz y realizadora y por esa misma condición a  Ana María Reyes. De la primera se exhibirá Viaje al país que ya no existe y de la segunda Leo y Julita.

Bajo el título Las mensajeras de Palomas se honrará al proyecto Palomas y a su creadora Lissette Vila, y se presentarán Mujeres, la hora dorada de Ingrid León, Fidelidad de Rebeca Chávez,  y Misericordia de Maryulis Alfonso Entre otras ofertas está Now de Santiago Álvarez, Oración de Marisol Trujillo, Julieta busca a Romeo de Marina Ochoa, El patio de mi casa de Patricia Ramos, Manos de Maribel Acosta y Liz Laura George y Patria de Susana Barriga Se exhibirán además Mujeres de la clandestinidad de Consuelo Elba, Las Makarenkas de Niurka Pérez y Dos hermanos de Tamara Morales, con una presentación del filme Vestido de novia y un homenaje a su directora Marilyn Solaya.

No por gusto dejé para última las obras exhibidas en la presentación, Atlántida Interior de Elena Palacios, premio Sara Gómez y Últimos días de una casa,  de Lourdes de los Santos, Premio Vigía en el Festival de cine de La Habana y uno de los finalistas del Festival de cine mundial del condado Queens, fundado por el banco Investors y que, en su sexta edición, en este marzo, cuenta con varios patrocinadores.

Últimos días de una casa es una de  las 143 obras de veinticuatro  países que se presentan en la cita fílmica newyoquina.  Compiten largos y cortos de ficción, de animación y de  LGBT. Las exhibiciones se realizarán por bloques temáticos en el Museum of the Moving Image y otros sitios del condado de New York.

Lourdes en una entrevista antes de estrenar su documental me concedió una larga entrevista. Aquí dejo un fragmento:

“Hasta dónde conozco no tienes ninguna obra con el tema de la arquitectura ¿Por qué ese interés por la casa de las tertulias de los Loynaz?

-Se remonta a años atrás. Como sabes vivo en las cercanías y varias veces, conociendo su historia pasaba y entraba con un amigo arquitecto, Oscar Ruiz de la Tejera, ya fallecido, y conversábamos de su importancia y sobre la posibilidad de rescatar ese inmueble para la cultura cubana. Además en mis años de asistente de dirección tuve que investigar para la filmación de El siglo de las luces, y en Carpentier encontré muchos datos sobre la vida en ese lugar, puesto que fue testigo presencial de numerosas tertulias y se inspiró en ellos para su novela, que dio pie al filme de Humberto Solás.

Es cierto que no es común en mi obra el hacer de una casa protagonista, pero vale la pena, si logramos que se conozca la verdadera historia de ella. Y lo más importante, si logramos que se pueda rescatar.

¿Cuán difícil te resultó desentrañar el hilo conductor de la historia de esa vetusta construcción?

En toda obra que uno acomete siempre investigas más de lo que pones en ella, y ese fue el caso de ésta, pues resulta increíble ver lo fragmentada que se encuentra la información de este período específico de la vida de los Loynaz. Indagué en el Archivo Nacional, en la Biblioteca Nacional, en el Centro Hermanos Loynaz de Pinar del Río, en el Registro de la Propiedad de Plaza incluso en el provincial de Habana Vieja, Oficina del Historiador, Comisión de Patrimonio, de Monumentos. Poco a poco fui atando cabos de la historia de los Loynaz y de su llegada a esa casa. Ellos se mudan en el año 1923  a la casa de Calzada 1105, perteneciente al tío de Dulce Maria, Lizardo Muñoz Sañudo, quien era Venerable Masón, Grado 33, eran muy niños cuando sus padres se divorciaron y su mamá quedó al cuidado de ellos.
Tuvieron una infancia muy cerrada en cuanto a que no salieron casi nunca de ese perímetro y siempre me preguntaba por qué. El hecho es que los abuelos de su madre fueron brutalmente asesinados en 1888 y nunca se descubrió quien lo hizo, lo cual pienso incidió en que la madre tratara por todos los medios de tener el menor contacto con el mundo exterior.

Después fue que compraron el terreno y la casa de Línea y 14, llamada Casa del alemán, para satisfacer un deseo de Dulce María niña.

¿Crees  que sea posible rescatar el escenario de Jardín?

Hacer descansar solamente en los hombros de Eusebio Leal y su Oficina la restauración de la Habana me parece injusto. La Habana y sobretodo el Vedado, es tarea de todos los que la habitamos, seamos habaneros o no. En primer lugar, esta ciudad y en específico el Vedado es el centro de la vida cultural, social y política de la Isla. Aquí están los principales Ministerios, los principales teatros, cines, hoteles y son numerosos los sitios de interés histórico y turístico. Es tarea de todos los que la habitamos contribuir a su conservación y restauración y este lugar en especial atesora una historia que no podemos dejar se destruya, porque estamos destruyéndonos nosotros mismos.

Si hay que construir un edificio para albergar esas familias aunque sea en Capdevila o San Agustín hagámoslo, porque es lo primero que hay que hacer para vacío el lugar proceder a su restauración, y si el dinero no alcanza para ello la historia que atesora es suficiente para elaborar una campaña internacional con el fin de recaudar fondos para ello. Estoy segura que vale la pena y que este lugar vuelva a ofrecer al paseante lo que una vez fue Jardín.
Recordemos que es la casa del general Enrique Loynaz del Castillo, autor del Himno Invasor, que todavía se toca en actividades y es símbolo de innegable cubanía. Le debemos eso.”

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