Elecciones FIFA: Todo queda en Suiza
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"Los tiempos tristes de la FIFA han terminado. Necesitamos reformas, transparencia y respeto", sentenció el nuevo rector de la FIFA.
El sucesor de Blatter recalcó que está decidido a "hacer una limpieza desde el primer día de su mandato, para restaurar la imagen" del organismo.
Infantino, quien hace unos meses limitaba sus funciones a fungir como maestro de ceremonias en los sorteos de Liga de Campeones de Europa, asumirá ahora el puesto principal en el organismo deportivo más poderoso del mundo, tras imponerse por mayoría absoluta en la segunda vuelta.
Fueron 115 los votos alcanzados por el exsecretario general de la Asociación Europea (UEFA), mientras que el bahreiní Salman Bin Ebrahim al Jalifa mereció 88, y el jordano Ali Al Hussein apenas cuatro.
El sudafricano Tokyo Sexwalle retiró su candidatura minutos antes del inicio de las votaciones, pero no contaba siquiera con el respaldo de la Federación de su país y se especulaba que probablemente no alcanzara ni un sufragio.
Por su parte, el francés Jerome Champagne quedó fuera en la primera ronda, al recibir solamente siete votos, mientras que Al Hussein sumó 20 más y logró sobrevivir a la segunda vuelta, junto a los favoritos, que alcanzaron 88 (Infantino) y 85 (Al Jalifa), por ese orden.
CON TRAJE DE APAGAFUEGOS
Para Infantino, el ambiente es bien enrevesado, pues el máximo organismo futbolístico mundial se encuentra inmerso en la mayor crisis de su historia.
La concesión a Rusia y Catar de los Mundiales de 2018 y 2022, respectivamente, inició la espiral de problemas en la FIFA al poner en entredicho el sistema para elegir las sedes y la integridad de los votantes, aunque poco o nada se ha hecho, como no sea hacer rodar algunas cabezas.
Si bien en esto no parece haber marcha atrás, al menos las pesquisas iniciales fueron el comienzo del desmoronamiento de un mito de trasparencia y democracia construido en las últimas décadas a base de corrupción.
La primera tarea para Infantino será recuperar el prestigio del organismo mediante reformas en casi todos los órdenes y limpieza, mucha limpieza, empezando por las oficinas ubicadas en Zúrich.
Fue la propia FIFA, empujada por el escándalo que desvelaban los medios de prensa, la encargada de abrir un proceso en agosto de 2012 -un informe independiente-, pero a la postre los resultados solamente se divulgaron de manera parcial.
El 27 mayo de 2015 estalló definitivamente el FIFAgate, cuando el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos registra la sede la Confederación regional (Concacaf), en Miami.
Como resultado, son detenidos siete altos funcionarios de la FIFA en Zúrich a solicitud de Estados Unidos, acusados de organización mafiosa, fraude y blanqueo de dinero, entre otros delitos.
Los meses siguientes vieron caer poco a poco a decenas de directivos en todos los confines del planeta, pero en medio de esa tormenta Blatter fue reelegido presidente de la FIFA el 29 mayo, lo cual se vio como un paso atrás.
Sin embargo, el suizo anunció el 2 de junio su dimisión, y dejó descabezado el organismo.
El 25 de septiembre la Fiscalía suiza abrió un proceso penal contra Blatter por sospechas de gestión desleal y le reprochó el pago a Michel Platini de dos millones de francos en 2011 por unos trabajos realizados entre 1999 y 2002, lo cual, a su vez, destrozó los sueños presidenciales del exfutbolista francés.
Finalmente, el 3 diciembre son detenidos en Zúrich otros directivos a solicitud de la Justicia estadounidense, que les acusa de haber recibido sobornos que se elevan a millones de dólares a cambio de la venta de los derechos de retransmisión de torneos futbolísticos disputados en América Latina y partidos de calificación para Mundiales de fútbol.
La justicia suiza ya ha encontrado más de 120 transacciones sospechosas en relación con la adjudicación de ambas sedes, y el propio FBI mantiene su interés en el proceso.
La luz al final del túnel todavía no se ve, y cuando asuma Infantino veremos si tiene la linterna necesaria para salir del laberinto.
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