¿Qué quieres que te regale el 14 de Febrero?

¿Qué quieres que te regale el 14 de Febrero?
Fecha de publicación: 
11 Febrero 2016
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Algunos responden muy concretamente su deseo, otros prefieren que los sorprendan con «cualquier cosa», pero que los sorprendan.

Quedan apenas unos días para el 14 de Febrero, el Día de San Valentín o de los Enamorados, y para muy pocos pasa desapercibida esa fecha. Hasta los más escépticos del amor, los menos románticos, los despreocupados u olvidadizos, los que no gustan de celebrar fechas señaladas…, hasta esos saben lo que significa ese día y casi todos tratan de pasarlo de una manera especial.

 

Yo misma aún no tengo decidido lo que voy a regalar, a veces pienso que comprar algo para un hombre es más difícil. Quizás las mujeres somos más predecibles, pero también más complicadas. A la mayoría de nosotras nos gustan los chocolates, los perfumes, las flores, los poemas y, sobre todo, salir a pasear, pues eso de fregar platos en la noche es algo que nadie quisiera incluir en el paquete del Día de los Enamorados.

 

A los hombres, muchas veces les buscamos como regalo medias, calzoncillos o camisetas, y si el presupuesto alcanza, pues nos lanzamos con algo más, como unos tenis de marca o una buena camisa..., en fin, cosas supuestamente «útiles». Pero casi siempre entendemos el Día de los Enamorados como sinónimo de compras en las tiendas, que por cierto, en la mayoría de los casos no tienen muchos regalos originales que ofrecer.

 

Me niego a pensar que un obsequio del 14 de Febrero sea precisamente un objeto. Hay infinitas maneras de ser felices especialmente ese día sin cargar con el estereotipado papel de regalo lleno de lazos en las esquinas.

 

Mi amiga Mary me explica que le gustan los regalos que perduran, que sean algo que se pudiera ver a cada rato, que cuando lo observe al cabo del tiempo, le recuerde ese día. «Tiene que ser un detalle, cualquiera que sea el presupuesto con que cuente mi pareja, lo que quiero es que piense en mis gustos. Me da igual si es un par de aretes, una cartera o un perfume, pero que lo que sea, esté acorde con mi forma de ser, que lo escoja con intención, que piense en lo que realmente me gusta o necesito».

 

Para ella ese día es una manera de celebrar que la pareja se conoce, se entiende, que cada cual sabe lo que al otro le gusta. En definitiva, es un día para hacer loas al amor.

 

14 feb velas

 

El 14 de Febrero es un día romántico que se puede celebrar con una salida excepcional lejos de casa, pero también con una cena especial preparada delicadamente por tu pareja en la misma mesa de todos los días, esta vez con el plato exótico que llevabas esperando desde hace tiempo o con el dulce cuya receta nunca encontrabas. Porque lo especial de ese día no reside en la naturaleza del regalo ni en el costo del mismo, sino en sentirnos extraordinarios nosotros, importantes, amados y considerados de la manera en que más nos guste.

 

Dayana, por ejemplo, mantiene una relación con un hombre casado. Para ella el mejor regalo sería salir a la calle con él y celebrar abiertamente; darse la mano, ir al cine, a la playa o al Coppelia. El lugar no le preocupa, pero sí sentirse con libertad. Su sueño dorado es amanecer con él y decirle «buenos días, mi amor», sin tener que poner el despertador de madrugada para que su amante llegue a casa a una hora prudencial en que quepa la excusa de «tenía mucho trabajo».

 

Una amiga, a quien le gusta filosofar, me dijo que el mejor regalo para ella sería que el amor se volviera universal y que, al menos ese día, todo el mundo se amara y se ayudara. Seguramente viviríamos en un mundo mejor y más feliz entonces.

 

Gustavo y Karla son un matrimonio, llevan tiempo intentando tener un bebé. El mayor deseo de él es que ese día Karla se haga el test de embarazo y lo sorprenda con un «felicidades, papá».

 

Alicia quiere que le regalen un masaje terapéutico en un spa. Hace rato que sueña con eso, pero sobre todo, desea tener las fotos de su boda. Se casó hace cinco años, pero solo dio la firma en una notaría. Su ilusión es hacerse fotos de estudio con su esposo, como si fuera el día de la boda. De hecho, este 14 de Febrero ella lo sorprenderá llevándolo a la casa de un fotógrafo particular, donde ya lo tiene todo premeditado.

 

A Alicia no le preocupa lo que su esposo le dé a ella, porque ya con compartir ese día juntos haciendo lo que más desea, le es suficiente. Su esposo, en cambio, quiere de regalo un día completo de sexo, y me confesó que su deseo es lograr resistir hasta la noche.

 

En realidad, no hay fechas para amar, todos los días son de amor y cada jornada debería incluir una conquista. Pero la cotidianeidad, la rutina y las obligaciones no permiten dar una sorpresa cada día para cultivar ese amor. Por eso el 14 de Febrero es un día pretexto para canalizar esas ideas románticas, esas fantasías y sueños de la vida real.

 

A la sicóloga Jesy no le gusta regalar cosas materiales que se puedan disolver en el tiempo. No le interesan los perfumes, ropas o adornos, a no ser que estos tengan una fuerte carga de emociones, unos motivos románticos. En un pasado 14 de Febrero ella sorprendió a su pareja llenándole la casa de mensajes escritos en papeles por el suelo y las paredes, y al final le regaló un cuadro hecho por ella misma, en el que había un collage de fotos juntos, en distintas épocas de su relación. Él le obsequió un libro que hacía meses ella buscaba en las librerías y no lograba encontrar.

 

Mi prima Mabel aclara que a ella sí le encantan los regalos materiales. «Me gusta que me compren perfumes o una prenda de ropa, ya sea para una ocasión íntima o algo de vestir en la calle, pero que sea fino». Yo a él siempre le busco un pulóver de color alegre que vaya con su estilo personal y una botella de ron que luego comparte con los amigos.

 

Para Mabel es imprescindible ese día salir a cenar fuera y tomarse una crema de Vie. «No tiene que ser un lugar caro, pero sí que se sienta un ambiente romántico, aunque siempre voy con mis hijos, pues no concibo salir a celebrar sin ellos». A su esposo le motiva más quedarse en casa, pero la lleva a pasear porque sabe que es la manera en que mejor la complace a ella.

 

Dánae también prefiere quedarse en casa ese día, dice que el mejor regalo para ella es descansar porque tiene una vida con muchas responsabilidades. En todo caso, después de dormir la mañana despreocupadamente, lo que la haría feliz es salir a un lugar tranquilo a tomarse una cervecita, pues últimamente su «concepto de felicidad se ha resumido en sentarse un rato, mientras se toma una cerveza fría».

 

Julito igualmente desea descansar. Él sería feliz si le regalan un libro de arte, y que ese día su pareja lo haga todo en la casa para él sencillamente «desconectar».

 

14 feb panques

 

Giselle explica que a ella sí le gustan los regalos, aunque prefiere que no la sorprendan. «Mi esposo me ha sorprendido regalándome blusas y otras ropas que después no me han gustado o no me han servido. Yo valoro el gesto, claro, porque su objetivo era darme una alegría, pero realmente prefiero escoger las cosas yo».

 

De hecho, Giselle acostumbra regalarle a él, y no le importa mucho lo que él le dé a ella, porque lo que siempre prefiere ese día es ir a salir. «El 14 de Febrero los restaurantes se repletan de público y muchas veces la oferta del lugar deja mucho que desear, porque parece que trabajan a lo loco». En realidad, los que están ahí sirviendo también quieren terminar para salir a celebrar con sus parejas.

 

Giselle prefiere coger su nevera y gastar el dinero comprando bebidas y comidas de su agrado, irse lejos, a la playa o al parque Lenin a hacer picnic, o a la casa de amigos con los que compartir.

 

Mi amiga Daysi fue quizás la que me dio la respuesta más original para este artículo. Ella quiere un cartón de huevos. Cuando me lo dijo, me caí de la risa, pensé que se trataba de una broma, luego me vino la idea de que muchas veces las mujeres cubanas deseamos obsequios que nada tienen que ver con nuestras fantasías, sino que nos ceñimos a las necesidades de la casa y de los miembros de la familia.

 

Pero Daysi me respondió claramente que no tenía nada que ver con eso. Simplemente «los huevos están perdidos desde que los pusieron por la libre y ahora no tengo. Un cartón de huevos y una bolsa de papas es lo que yo quiero de regalo para hacerme puré con mantequilla y huevo frito, porque esa comida me encanta y ahora mismo, con la situación que hay, es un regalo muy preciado».

 

En medio de esta charla, no faltó quien dijera que lo que quería recibir el 14 de Febrero era un pernil de puerco, un cake, un compresor de aire o un juego de herramientas…, pero entre risas y bromas, los amigos que estábamos presentes reflexionamos una vez más sobre el amor.

 

El amor y la felicidad nunca serán términos absolutos o rígidos, porque dependen siempre de la realidad que cada cual vive, de los gustos personales, de las necesidades del momento.

 

Para las relaciones que recién nacen, los obsequios clásicos como los bombones o flores son muy bien recibidos. Para las parejas que llevan años juntos, quizás escribir con un creyón de labios en el espejo «Te amo todavía y siempre», o una sonrisa con el café a la cama, vale más que la propiedad de una casa o un carro.

 

Mi amigo Alain, que está soltero, me respondió, cuando le pregunté sobre sus deseos para el 14 de Febrero, apasionadamente.

 

«Quisiera recibir más cosas espirituales que materiales. Me gustaría tener el sentimiento de amor puro, experimentarlo ese día con una pareja y amigos. Que sea un amor de entrega, con inocencia, que esté listo para llenarme como la primera vez en que amé. Quisiera que alguien me regalara la oportunidad de sentir un amor sin nada planificado ni calculado, espontáneo».

 

Los 14 de Febrero a Alain le gusta sorprender a su pareja, ya sea al llevarla a pasear, o limpiarle la casa, o entregándole un perfume que quizás estaba perdido en la tienda. Lo importante de esa fecha para él es crear una ilusión que le haga esperar el próximo 14 de Febrero, que le dé un sentido a la fecha, que la marque como un día único donde queremos sentirnos los más importantes del planeta.

 

Lo más importante es que cuando acabe el Día de los Enamorados, el resto del año sea también de armonía y que la felicidad se respire, aunque no haya regalos o cenas con velitas. Lo mejor es que el sentimiento que se profesó ese día sea constante, y tener motivos para seguir confiando en los 14 de Febrero.

 

14 feb carta

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