Año nuevo en Cuba: «Yo voy a pedir pa ti…»
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Desde planes personales, íntimos, ligados a los aspectos más sensibles de la vida personal de cada quien, hasta peticiones colectivas, grandes, que abarcan los intereses de todo un pueblo, nos confesaron algunos cubanos en este inicio de año.
Marialis, una santera que vive a las puertas de Simpson, en Matanzas, nos comentó: «Yo le pido a Yemayá y a Oshun, que son mi madre y mi salvadora, la salud para todo el mundo y que las familias se puedan reunir donde quiera que estén, porque el dinero va y viene, hoy hay y mañana no y uno vive igual…»
Sin un credo más allá de que «algo existe», Magnolia desea «para los cubanos y para todo el mundo salud y sobre todo paz, y en lo personal espero que en el 2016 pueda ya ser madre, que la fertilización in vitro funcione sin contratiempos y tener mi o mis bebés».
Amanda Sofía, a sus seis años, quiere «para todos los cubanos paz, salud, mucho amor para que mi familia esté unida, y para mi maestra, que los niños se porten bien, porque ese es el mejor regalo para ella, y lo que pido para mí misma es también el amor de mi familia».
Su abuelita Dalia nos conmueve: «En este inicio de año, antes de pedir, tengo que darle gracias a la vida, que me ha dado una segunda oportunidad, y a los médicos y enfermeros del hospital Cardiovascular de La Habana que lo hicieron posible, a todos, enfermeros, cardiólogos, cirujanos, hasta los empleados de servicio te ayudan a seguir adelante y a tener fuerzas para enfrentar una cirugía complicada; luego de eso, lo que más ansío es conocer a mi nietecito Eduardo, que está por nacer…»
Tomy, un joven babalawo, quiere: «para mi familia y toda mi gente, que Olofin les dé lo mejor y lo más grande, mucha prosperidad, pero primero salud, que es lo primordial».
Y en eso está de acuerdo Natividad, ella es cristiana y asegura: Salud, eso es lo primero que yo le pido a Dios, mucha salud para todos.
Justo a la salida de la Iglesia del Carmen, Eneida nos contó sus anhelos para este año: «Yo le pido a Dios y a la Virgen mucha tranquilidad y salud, que mi hijo venga a visitarme, y para todos los cubanos, que se cumpla con las palabras de Raúl en la Asamblea Nacional y que todo lo que él dijo trabajemos para hacerlo realidad».
Aron no es cubano, bueno, se siente como si lo fuera, es un norteamericano que se enamoró en y de esta isla, es residente permanente acá, así que opinó como uno más de nosotros: «¿Qué quiero para los cubanos? Que acaben de quitar el estúpido embargo; con eso, paso a paso, todo va a estar mejor cada día, y para mí, que mi cerebro se mantenga bien…»
Así somos los cubanos, únicos y diversos, y así nos proyectamos para el 2016, con muchos credos, a veces mezclados, pero con una fe poderosa en nosotros mismos y en el futuro.
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