Debuta en Cuba de La victoria Sobre el Sol
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La obra, especie de comedía ligera que fusiona todas las expresiones de la espiritualidad humana, está basada en otra de hace unos 100 años, de la que sus pocos espectadores salieron en estampidas, que su autor Kazimir Malevich, líder del Movimiento Futurista, en vísperas de la Revolución de Octubre, cuando era incierto el futuro de Rusia, estrenó en una sala moscovita.
De Malevich, sólo quedan algunos bocetos de diseño de vestuarios, que atesora el Museo de Arte de San Petersburgo y Namín , copió, para esta comedia musical que debutó sin penas ni glorias en La Habana, quizá, el suceso cultural más importante que habrá que rememorar en muchos años.
Namín, junto a Carlos Díaz, son algunas de las sorpresas que el XVI Festival de Teatro de La Habana reserva por estos días casi finales de esta, su XVI edición, aunque después que cierren sus cortinas, con una versión muy poética de Cenicienta, Flora Lauten y González Manet, reservan una carta bajo la manga que los que aman el teatro, no se deberían perder, en la iglesia en ruinas, de Loma y 39.
Después de 30 años sin actuar en la escena criolla, la Lauten y sus discípulos, con la colaboración de Raquel Carrió y González-Manet, rinden tributo a Santa Teresa de Ávila, a quien le birlaron 486 cartas íntimas y ahora en Loma y 39 están a disposición de los curiosos.
El cierre de este festival será con Cenicienta, otra versión del cuento de hadas de los Hermanos Grimm, que el coreógrafo francés Maillot, líder de Les Ballets de Montecarlo, sueño de una aristócrata europea, cuya descendiente está en La Habana para promover un sueño peregrino de su abuela, de que alguna vez, Montecarlo tuviera su propio ballet, mientras en el Caribe, cuidamos con celo a una Diosa de la danza, que no creo tenga tiempo de atender a la dama occidental, por estos días de visita en la capital de Cuba.
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