La obesidad aumenta junto con ventas de comida chatarra en América Latina
especiales
"Los alimentos ultraprocesados y la comida rápida representan una parte cada vez mayor de lo que las personas comen y beben en América Latina, con resultados muy negativos", dijo Enrique Jacoby, asesor sobre Nutrición y Actividad Física de la OPS en un comunicado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) entregado a Sputnik Nóvosti.
Entre 2000 y 2013 las ventas por persona de estos productos aumentaron 26,7 por ciento en 13 países latinoamericanos estudiados (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), mientras cayeron 9,8 por ciento en América del Norte, indica el informe "Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina".
Los productos analizados son bebidas carbonatadas no alcohólicas, refrigerios dulces y salados, cereales de desayuno y barras, golosinas, helados, bebidas deportivas y energéticas, jugos de frutas y vegetales, té y café embotellados, pastas para untar, salsas y comidas preparadas.
"Estos productos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales", sino para "que se conserven por mucho tiempo en los estantes y generar deseos incontrolados de consumo que llegan a dominar los mecanismos innatos de control del apetito y hasta el deseo racional de dejar de comer", añadió Jacoby.
Por eso, observó, resultan doblemente perjudiciales: son casi adictivos y eso lleva aumentar el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que son la base de una dieta natural rica en nutrientes".
Los datos del informe muestran que ese consumo en ascenso se vincula "fuertemente con el aumento de peso corporal en esos 13 países".
En los países donde las ventas de estos productos fueron mayores, por ejemplo México y Chile, "la población tuvo una media de masa corporal mayor", indica el estudio.
Donde las ventas fueron más bajas y prevalecieron las dietas tradicionales (como en Bolivia y en Perú) la media de la masa corporal fue menor.
DATOS QUE ASUSTAN
En volumen, las ventas de productos ultraprocesados aumentaron 48 por ciento entre 2000 y 2013 en América Latina, en comparación con 2,3 por ciento en América del Norte.
Las compras de comida rápida per cápita aumentaron 100 por ciento o más en Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y Perú.
América Latina es el cuarto mayor mercado mundial en ventas per cápita de productos alimenticios y bebidas ultraprocesadas, después de América del Norte, Oceanía y Europa Occidental.
En América Latina, las ventas por persona de productos ultraprocesados crecieron más rápido en Uruguay (146 por ciento), Bolivia (130 por ciento) y Perú (107 por ciento).
Canadá y Estados Unidos ocupan el primer y segundo lugar en ventas anuales por persona de estos alimentos entre 80 países de todo el mundo para los que se dispone de datos. México ocupa el cuarto lugar, y Chile el séptimo.
GLOBALIZACIÓN
La OPS observa que estas tendencias obedecen a las transformaciones del comercio mundial de alimentos, cada vez más globalizado y desregulado y que habilita el ingreso de corporaciones "extranjeras y multinacionales" a los mercados alimentarios nacionales.
Con datos de 74 países del mundo, el informe expone la correlación entre las ventas de productos ultraprocesados y la desregulación del mercado.
"América Latina y otras regiones en desarrollo se han convertido en atractivos mercados para los fabricantes de alimentos industriales, especialmente cuando los mercados de altos ingresos se saturan o incluso empiezan a reducir el consumo de estos productos", indicó Jean-Claude Moubarac, experto en nutrición de la Universidad de São Paulo y autor del estudio.
La OPS, filial para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, recomienda a los gobiernos, la comunidad científica y la sociedad civil la promoción de alimentos saludables, mediante campañas públicas, educación y políticas de precios e incentivos a la agricultura familiar y a los cultivos tradicionales.
También se debería incentivar el uso de alimentos frescos y producidos localmente en la alimentación escolar y las habilidades culinarias para preparar comidas sanas y caseras, recomienda la OPS.
Añadir nuevo comentario