Cuando Daylen Cristina Moreno irrumpió en el campamento preparatorio previo al Mundial juvenil de Tashkent, Uzbekistán muy pocas miradas se posaron sobre ella.

En su interior había una llama de energía y deseos inagotable, estaba decidida a salirse de una encrucijada entre pedigrí y sed de resultados. Y en definitiva lo hizo, a fuerza de touché limpio.

Como si de las legendarias Nancy Uranga, Mercedes del Risco, Margarita Rodríguez o Virgen Felizola se tratase.

Esta vez, en suelo uzbeco Cristina, natural de Holguín, con 1.68 metros de estatura y 65 kilogramos de peso de cierta forma las reencarnó a todas para en medio de un enjambre de floretes, exactamente 88, colocarse octava, al umbral de las preseas.

Estamos hablando del mejor rendimiento de un esgrimista novel antillano en buen tiempo. De hecho Cristina sucumbió en el pase al bronce 9-15 ante la canadiense y a la postre subtitular Eleanor Harvey.

Antes como si de embestir un maniquí en una sesión de entrenamiento se tratase, transitó airosa en su poule, el sexto de 13 y en el cual archivó cuatro éxitos y dos fracasos con balance de 27 estocadas favorables y 18 en contra. Luego se encargaría de dejar en el camino con soberbia sangre fría 15-10 a la británica Ayesha Fihosy.

Caerían ante el peso de su zurda iluminada también la sudcoreana Hyeji Kim en electrizante 15-14 y la rusa Marta Martyanova por 15-13, todas exponentes de naciones instaladas en la meca de la disciplina, especialmente rusas y sudcoreanas.

En definitiva fue la estadounidense Sara Taffel la reina de dicha arma, verdugo 15-12 en la definición de la mencionada Harvey. Los bronces, en poder de la germana Leoni Ebert y la china Yiting Fu.

ANTECEDENTES DE SU MANO PROHIBIDA

Tiene 19 años, fue sexta en el concurso individual de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, y desde entonces anda ensartando touchés con su florete en cualquier categoría, al punto de que ella, Daylén Cristina Moreno (79), junto a Elisa Tamayo (78) fueron las dos únicas cubanas en acceder al cuadro de 128 del Grand Prix Villa de La Habana, prestigiado por casi todas las pesos pesados del planeta.

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Tras su incursión mundialista en Tashkent, donde aún rechinan los aceros, Daylen continúa ganándose la confianza de su mentor David Durán quien sobre ella precisó antes de partir: “Daylen posee una defensa muy sólida, trabajada desde pequeña y la acompaña de un ataque continuado bastante efectivo.”

Su derecho a concurrir se lo ganó en el panamericano de la categoría Junior en Toronto, Canadá. Allí Daylén culminó invicta con seis sonrisas en su poule, además de 29 estocadas propinadas y 12 permitidas. Luego dejó en el camino 15-4 a la brasileña Ana Toldo, por el bronce desbancó 15-13 a la estadounidense Danielle Ferdon, y en busca de la final cedió 5-15 ante la también auriverde Gabriela Cecchini. Sobre su corta aunque promisoria carrera deportiva manifestó:

“Practiqué gimnasia en mis inicios, pero mi mamá no quiso que entrara a la EIDE con ocho años. Buena parte de la flexibilidad en mis desplazamientos se la agradezco a aquella disciplina. En quinto grado probé con la esgrima y me captaron. En mi primera Liga Estudiantil finalicé en el lugar 22, pero al año siguiente me coroné.

“Llegué al equipo nacional después de Londres 2012, con un sólido trabajo de riposta, por eso prefiero provocar a mis rivales e iniciar defendiendo para contraatacar luego. Poco a poco he ido elevando mi nivel en acciones ofensivas, aunque debo controlarme y ganar en concentración. El ser impulsiva atenta y en ocasiones salgo a forzar y quedo vulnerable. Otra ligera ventaja es mi condición de zurda, desde la postura resulta más incómoda para los adversarios, incluso, cuando me enfrento a una de mi misma mano lo noto también.”

A continuación Cubasí les ofrece el enlace de las ubicaciones finales mundialistas, de donde Daylen emergió con jugos tajada de 35 unidades para el ranking de la categoría.

http://fie.org/es/competitions/2015/225/results/rank