El insomnio de Daegu (I)
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Insomne, atento a cada incidencia a pesar de las 12 horas de diferencia de horario, en doble rol de cronista espectador.
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Sensibilizado con la actuación de cada cubano, saltando de mi asiento y sientiendo el dolor ante una posibilidad de medalla vista esfumarse en esta XIII edición de los Campeonatos Mundiales de atletismo y la ciudad Sudcoreana de Daegu, convertida en meca del campo y pista hasta el domingo.
Esperanzado comencé mi cruzada, al ver como las discóbolas Yarelis Barrios (63.80) y Denia Caballero (60.36) clasificaban tercera y octava a la final. Mi sorpresa continuó con algo sin precedente: seis kenianas coparon el podio de premiaciones en la maratón y los 10 000 metros, comandadas por Edna Kiplagat (2:28:43) y Vivian Cheruiyot (30:48.98). La emoción de los heats eliminatorios en el hectómetro puso el colofón, con la posibilidad de ver al fenómeno jamaicano Usain Bolt entrar casi caminando tras los primeros 40 metros y estampar un 10.10 soñado por muchos sprinters, máxime en una pista catalogada como lenta, sobre todo porquue el aire casi siempre bate en contra. Es cierto, luego Bolt no pudo reafirmarse como el más rápido del planeta pues en la discusión de las medallas, donde buscaba algo grande sufrió la descalificación por arrancada en falso. Su coterráneo Johan Blake lo reivindicó con excelente 9.92. Entre damas por fin la estadounidense Carmelita Jeter se sacudió del estigma de no ganar en competencias clave y resistió la oposición de tres jamaicanas para llevarse el oro al cuello con 10.90.
Con toda esa velocidad encima, el tiempo volando y casi sin recurrir a Morfeo llegaron las primeras alegrías antillanas del medallero, dos atletas temidos en la elite de su disciplina: el decatlonista Leonel Suárez (8 501) y la propia Barrios (65.73) bronceados con registros cumbres para este 2011. En ambos casos no hubo casualidad con sus predecesores, amén de que Suárez, y yo de paso, estuvimos a punto de saborear el oro si su jabalina hubiera enganchado en su vuelo 75 metros o más.
Incluso tras la pértiga, donde el holguinero igualó su tope personal (5 metros) y tanto el monarca Tray Hardee y el subcampeón Ashton Eaton quedaron por debajo, aumentaron esas posibilidades, se aceleró el ritmo de mis latidos y corrí a lavarme la cara en par de ocasiones, a la espera del dardo y los 1 500 metros…
Quiso el destino que su brazo solo pudiera llevar el implemento hasta 69.12 y que sus 4:24.16 mejores del año no le bastaran ante el sorprendente jabalinazo de Hardee (68.99) y la carrera fuerte de Eaton (4:18.94). Nada, que la vida y las marcas constataron quiénes son en la actualidad los mejores del orbe, y en ese trío, al igual que en los Juegos Olímpicos de Beijing’08 y la cita mundialista precedente de Berlín’09 está Leonel.
Esa misma película vivió la pinareña Yarelis ante la china y monarca Li Yanfeng (66.52) y la germana Nadine Müller (65.97). La potencia de sus respectivos brazos superó la coordinación del giro de nuestra representante. Aún así festejé su tercera presea consecutiva en estas lides.
¡Qué cerca del cielo! Ese fue mi pensamiento cuando vi al pertiguista Lázaro Borges superar la varilla sobre los 5.90 y de golpe acariciar el oro, pero. Inverosímil, una maniobra Pawel Wojciechowski — renunció a 5.85 después del fallo inicial y en su último chance rebasó los 5.90 — lo convirtió en monarca por un fallo menos.
Pero aquí si brinqué. Inédito, de golpe y porrazo se coló en la historia y pasó junto a Wojciechowski y el francés Renaud Lavillenie a comandar la temporada. Imagínense la magnitud de lo conseguido por Borges que en un año consiguió una progresión de 30 centímetros y su primera competencia esta temporada, donde mereció bronce, la hizo con pértigas prestadas.
Me cuesta recalar después de tanta gloria en puerto minado: la descalificación del recordista mundial Dayron Robles (12.87 segundos) en la final de los 110 metros con vallas. ¿La causa?
Agarró al chino Liu Xiang en el cruce del noveno obstáculo, y luego chocaron ambos saliendo del último. Creo que en esta oportunidad sus turbinas no le daban para rematar al corredor del gigante asiático, pero bien podía terminar su carrera tranquilo y agenciarse la plata, pues ciertamente ambos perdieron el paso tras el gris incidente.
Aún quedan grandes pruebas y emociones por vivir, con nuestros coterráneos como protagonistas. Yargelis Savigne y las otras tres mosqueteras, Guillermo Martínez, Yipsi Moreno y Víctor Moya….
Trecho por andar en este, mi insomnio de Daegu.
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