Avalancha cubana en la greco, glamour tóxico estadounidense (+ FOTOS)

El poderío de la lucha grecorromana cubana continúa siendo el mismo de 1995-1996, cuando el coach Ahad Javansalehi (segundo asesor del equipo nacional estadounidense hace tres años) intentó desbalancear infructuosamente al doble titular olímpico de atlanta 1996 y Sydney 2000 Filiberto Azcuy: “Era la primera vez que nos enfrentábamos, no conocía su estilo y me derrotó 6-4. Recuerdo desde entonces que tenía un suppley espectacular, además de ser un caballero e inspirar respeto fuera del colchón.

“El desarrollo de Cuba en todas las categorías se ha mantenido, —dieron fe de ello adueñándose de siete de los ocho cetros en pugna en esta 46 edición de los Internacioales Granma-Cerro Pelado—, nuestro país ha venido materializando un progreso lento en este estilo, pero aún dista de los resultados de la libre. Venir acá contribuye mucho a nuestro desarrollo”, explicó el técnico, quien durante sus 14 años como atleta activo llaveó en 52, 57, 62, 68, 74 y 82 kilogramos.

“Vinimos únicamente con tres efectivos porque simultáneamente otros miembros de la escuadra fueron a medir fuerzas en Irán, Croacia y Hungría, como parte de una política que nos permite beber de varias corrientes y probar sus potencialidades ante distintos estilos de pelea, metodología con muy buenos dividendos hasta ahora”, ahondó.

Respecto al bronce universal Andy Biseck (75 kg), la principal carta presentada por los norteños destacó: Biseck es muy fuerte físicamente, defiende muy bien con giros y su postura sólida las embestidas de sus oponentes y su tackle al tronco es sumamente efectivo. Para reeditar su cetro del Granma, Biseck no tuvo que sudar la trusa en la definición, pues el pinareño Yurisandi Hernández, quien no se presentó tras sufrir una lesión en su pleito semifinal.

Respecto a los duelos de casa, tres con matiz de vendetta matizaron las finales:

En un remake finalista de la primera categoría el experimentado Alexander Casals (66 kg) dispuso nuevamente del as centrocaribeño de Veracruz, Miguel Martínez, ahora por 2-1, gracias a un desbalance efectivo a pocos segundos de caer el telón. Los bronces a la cuenta del prometedor Yosvani Peña y el francés Tarik Belmadami.

“Fue una batalla fortísima, como todas las que se avecinan entre nosotros, pues es un luchador joven y de calidad. Yo estuvec dos años fuera, rebasé una gripe hace una semana y al igual que en el Naciona, la táctica fue llevarlo a cuatro puntos, donde se preparó para defender el suppley y resolví el pleito con un desbalance, un tanto sorpresivo.

Capaz de saborear la revancha con relación al epílogo de la versión 2014 fue Gilberto Piquet (85), indetenible durante los seis minutos de pelea, apostando a esa dureza interna que todos aseguran posee y capaz de contrarrestar una embestida del doble medallista del orbe Pablo Shorey en el epílogo, para revertirlo en pase atrás y definitivos 3-0, como parte de un peso que vio colgarse los bronces en los pechos del español Jesús Gasca y el húngaro Istvan Vereb.

“Este triunfo es la expresión de todo el rigor puesto a los entrenamientos. Ahora la balanza en torneos oficiales está dos victorias a una a mi favor. Me he propuesto mejorar, pues Pablo es un luchador muy versátil, siempre cazador de cualquier mínimo error para aventajarme. Solo que esta vez no hubo fallo y la resistencia de la fuerza que he alcanzado con las carreras rindió sus frutos”, sentenció Piquet, dispuesto a buscar un cierre de ciclo con podio en Río de Janeiro 2016.

También tuvo redención el capitalino de 21 años Oscar Pino, capaz de superar 2-0 al matancero de mayor aval Yasmani Acosta.  Seguir progresando es su única divisa, en tanto convertirse en el relevo de mijaín López, palabras mayores, desde ya se antoja su quimera.

Si los hombres de la greco anfitriones prácticamente arrasaron, las estadounidenses Victoria Anthony (48), Helen Maroulis (55) y Elena Pirozhkova (69), quienes dieron fe del pedigrí norteño, —llevan tres ediciones mundialistas ocupando la tercera plaza por naciones— para barrer en todos sus enfrentamientos.

Maroulis sentenció a sus cuatro oponentes en categoría disputada por el sistema de todos contra todos por superioridad técnica, en tanto la pegada constituyó el arma letal de Anthony  (ultra rápida y técnicamente muy superior de la versión precedente a esta, y Pirozhkova, una gladiadora líder, sumamente curtida y dueña de preseas en el contexto universal y olímpico. Tridente que repitió vellocinos del año precedente.