Buenos augurios para las contrataciones en el deporte

   Tanto en casa como en la arena internacional, la política de contratación de atletas puesta en práctica en el año 2013 parece haber llegado para beneplácito de todos.

   Aunque de manera incipiente, la nueva medida dio sus primeros pasos con los jugadores de béisbol, algunos de los cuales fueron conveniados con equipos mexicanos, y en el polo acuático, que pudo contar con la participación de toda la preselección nacional masculina en clubes venezolanos.

   Lo anterior sucedió casi inmediatamente después de conocida la propuesta.

   En estos momentos son cinco los peloteros contratados en tres selecciones de la Liga Profesional de Japón (Alfredo Despaigne, Héctor Mendoza, Frederich Cepeda y los hermanos Yuliesky y Lourdes Gourriel), pioneros de una avanzada que de seguro llegará no solo a tierras niponas, sino también a otros clubes asiáticos y en otras disciplinas.

   Arnaldo Batista, vicepresidente económico del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), indicó recientemente que pronto el diapasón se extenderá a otros deportes como el boxeo, baloncesto y fútbol, medida que ya tocó el voleibol con la incorporación de Javier Jiménez a la liga griega.

   La puesta en marcha de esta práctica, no solo funge en beneficio monetario para el implicado, sino que, además, sirve de preparación y, a la vez, de reconocimiento a ese atleta, desde el punto de vista de sus resultados, de su entrega y compromiso con la Patria, comentó Jorge Polo, vicepresidente del propio organismo.

   Todas estas contrataciones estarán sujetas a cláusulas y condiciones, en pos de proteger a los atletas y permitirles representar a su país en cualquier evento a los cuales se les necesite, como- por ejemplo- en los venideros Juegos Panamericanos de Toronto 2015 (Canadá), en el caso de los peloteros insertados en Japón.

   “Por lo tanto, cualquiera que la Comisión decida que tenga que regresar a jugar y después volverse a ir para su liga, está dentro de los contratos. Nosotros tenemos esa seguridad”, agregó Batista.

   Todo esto, también propiciará que se reelaboren las estructuras competitivas en Cuba, puesto que, sobre todo en el béisbol, estos clubes foráneos coinciden en su desarrollo con la Serie Nacional, por lo que ese atleta no estaría disponible para partir hasta que no haya concluido la misma, lo cual interferirá en los intereses de ambas partes.

   Claro, estos últimos aspectos no contarán para aquellos deportistas que, ya por sus años han mermado en sus resultados, pero que es estratégico para el deporte y, prácticamente más que retirarse, pueda participar en una liga, en reconocimiento a no haber renunciado a sus principios, los liberamos como otra forma más, pero ya fuera del interés del alto rendimiento, precisó Polo.

   Asimismo, comentó que hoy se está trabajando con muchos de nuestros atletas, fundamentalmente en el compromiso político y moral con la Revolución y la Patria, a raíz de las acciones subversivas en contra del país, debido a que, en algunos casos, hay quienes aún se mueven por dinero.

   De acuerdo con los nuevos acontecimientos –el proceso para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos- , los directivos del organismo deportivo también manifestaron que se encuentra en estudio la posibilidad de que jugadores cubanos que juegan en Grandes Ligas puedan defender a su país en citas internacionales, como el Clásico Mundial de 2017.

   Para esos atletas, se tendrá en cuenta el régimen de participación cubana, ya que el solo hecho de estar en otra liga no le permitirá asistir por derecho propio, así como también se analizará cómo fue que salieron de Cuba.

      De seguro, más pronto que tarde, muchos serán los deportistas cubanos sujetos a contratos en ligas fuera de fronteras.
   En algunos casos ayudarán a consolidar el resultado histórico de ciertas disciplinas y, en otros, a retomar la senda gloriosa de antaño, que se perdió a partir de la década de 1990.

  Pero siempre se priorizarán los principios y valores humanos más allá de los intereses comerciales.