Chelyabinsk: otro meteorito, pero de judo
especiales
Cuando usted preguntaba (Internet incluida) por esta ciudad rusa hace solo unos días, pocos sitios o informaciones la asociaban con otra cosa que no fuera el meteorito caído en febrero del 2013.
Sin embargo, desde el 25 de agosto un nuevo suceso —y no precisamente del cielo—, la ha puesto de nuevo en la escena universal: el XXX campeonato mundial de judo.
Motivada por la buena organización del campeonato europeo de judo del 2012, por el crecimiento industrial y económico de la última década, pero sobre todo por la gran pasión que despierta el deporte entre su población, es especial el de los ippones, el gobierno local aceptó la organización de una cita que mueve casi 2000 personas entre deportistas, entrenadores, federativos, invitados, jueces y prensa, por solo citar los más numerosos.
Según declaró este jueves en conferencia de prensa Boris Dubrovsky, gobernador interino en esta región, hoy cuentan con más de 6000 practicantes de judo, mil de ellos nuevos a partir de la cita continental de hace par de años. “Queremos que el 80 por ciento de la población haga deporte sistemáticamente y este evento nos ayudará. Además, me gusta presumir de que tenemos 650 miembros en los equipos nacionales de Rusia”, comentó muy animado.
Lo cierto es que tras cuatro días de competencias, la Arena Traktor, sede de la lid —se juega hockey sobre hielo una buena parte del año—, ha estado repleta en todas las sesiones, con muchos niños y jóvenes apoyando, por supuesto, a sus ídolos locales, quienes aún no levantan una corona, pero ya suman seis medallas: dos platas y cuatro bronces.
Grandes avenidas con carros de todo tipo (incluidos los conocidos Lada para los cubanos, tranvías eléctricos y Mercedes Benz del 2014); un clima invernal, pero nada fuerte para quienes venimos del trópico; y un sol que se esconde cerca de las 10 de la noche y nos despierta casi a las 6:30 de la mañana, son características que hacen de esta ciudad una magnífica sede.
En Rusia (antigua Unión Soviética) solo se había organizado un mundial de judo en 1983, que tuvo por sede a Moscú. Aquella oncena edición solo convocó hombres, en tanto esta del 2014 llega tres décadas después con un apoyo total del gobierno, incluido el presidente de Rusia, Vladimir Putin, judoca y muy amigo de la Federación Internacional de esta disciplina, la cual ha divulgado su posible presencia en la clausura del próximo 31 de agosto.
Para un cronista cubano las emociones llegaron desde el recibimiento en el aeropuerto, donde la promoción del evento universal estaba hasta en las esteras de los maletines. Luego creció con la posibilidad de haber presenciado “la mejor ceremonia inaugural de un mundial de judo (incluyó hasta un tigre siberiano, típico de este lugar)”, al decir del titular de la disciplina, Marius Vizer; en tanto no terminará hasta poder escribir sobre las medallas más esperadas, esas que Idalis, Onix, Castillo, Braison, Armenteros o la lid por equipos reservan para su pueblo.
De cualquier manera no hay dudas que Chelyabinsk vive por estos días un nuevo meteorito, pero de ippones, de wazari y yukos, en tanto muestra a 150 naciones del mundo (adonde llega la transmisión en vivo del torneo) que desde la entrada a los famosos montes Urales es posible también aspirar a un deporte sano, alegre y victorioso como lo representa el judo.
Añadir nuevo comentario