El arte si es bello y útil, dos veces arte
especiales
Un mendigo sucio y loco está dentro del público. Interactúa con él. Ellos lo rechazan sin saber que el supuesto indigente es un actor. Entonces, él mismo hombre que será excluido por sus semejantes protagoniza Alma de tierra. Obra escogida por TECMA (Teatro Medioambiental Callejero) para inaugurar el acto nacional por el día del medioambiente, a celebrar el cinco de junio en Pinar del Río.
Involucrar a los ciudadanos con los problemas medioambientales de cada comunidad ha sido siempre una premisa para este grupo de teatro, que se centra en los preceptos de una cultura popular para desterrar pasividad e indiferencia. En Alma de tierra van más allá de la comunidad, tocan conflictos globales como la prostitución, la política guerrerista, la sociedad de consumo, los dilemas de género.
La puesta, sin apoyarse en la palabra sino en las expresiones corporales,
cohesiona diversas manifestaciones artísticas como la danza, el teatro de títeres y la plástica. Sobre esta particularidad de integrar el arte con todas sus variantes, refiere Luis Manuel Valdés, director de TECMA: “Pretendemos hacer mucho más que teatro y para ello cada integrante aporta sus conocimientos de música, plástica, baile. Experiencias que confluyen y logran una puesta más completa en aras de ofrecer al público un arte renovador y atractivo".
Tras máscaras, maquillaje y disfraces encontramos a 15 jóvenes, quienes imponentes sobre sus zancos hacen suya la ciudad de Vueltabajo desde el 2009. Renunciaron al teatro de sala para sentir y explorar las calles. Se mezclan con la gente. No pueden enmohecerse. Encontraron en la actuación la vía para ser otros sin abandonar la piel propia.
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