Érase una vez el vuelo del Morro (II)
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“FREEDOM”, “BATTLE WHITH FEAR”, “SALTAR COMO EN CASA CON UN CALOR ANHELADO”, “VUELO RELAJANTE”. Así de sencillo, sentencias inmediatas, como disparadas de sus bocas. Eso significa en una idea, palabra o frase el Cliff Diving para el ruso Artem Silchenko, el británico Gary Hunt, el colombiano Orlando Duque, y el mexicano Jonathan Paredes, los cuatro hombres que regentearon por ese orden la edición 2013 de la Serie Mundial y que este viernes desafiaron alturas y peligro en el Castillo de los Tres reyes del Morro.
No salté desde la plataforma, ni siquiera me asomé a ella, pero por momentos me sentí dueño del firmamento, y casi la totalidad de estos legendarios clavadistas extremos de seguro experimentaron la misma sensación durante el lapso de 2.3-3 segundos que puede durar una ejecución.
La ronda inicial tuvo, como siempre sucede, un mínimo obligatorio de complejidad para los 14 contendientes de 3.8, sobre los cuales los cinco jueces ubicados en un catamarán a escasos metros del área de impacto —lo hacen a velocidades que oscilan entre 85-90 kilómetros por hora— calificaron mortales, giros y entrada al agua.
Quisieron los imparciales y la calidad de sus saltos que se definieran las dos rondas de duelo sabatinas, de las cuales emergerán finalistas los siete ganadores, y el mejor de los perdedores (lucky looser).
Con el orden de puntuaciones como sentencia parcial y un avance de los posibles desenlaces definitivos quedaron casados de la siguiente manera los contendientes:
El monarca defensor, el ruso Artem Silchenko (98.8 unidades); el novato de la edición 2013, Jonathan Paredes (96.9), de México; el checo Michal Navratil (96.5), el estadounidense Steven LoBue (96.5); el británico Gary Hunt (91.2); el legendario colombiano y as del orbe en Barcelona 2013, Orlando Duque (91.5), y el también norteño David Colturi (89.3), quienes saldrán como favoritos ante Jorge Ferzuli (México, 51.3), Edivaldo Moura (Brasil, 63.0), Miguel García (Colombia, 68.4), Blake Aldridge (Reino Unido, 84.1), Jucelino Junior (Brasil, 79.8), Kris Kolanus (Polonia, 81.7) y Andy Jones (Estados Unidos, 81.7) respectivamente.
Emerger airoso de los duelos significará surcar el aire una vez más con todos los hierros y la apuesta por el mayor grado de dificultad posible, para los ocho finalistas, urgidos de trazar su destino e iniciar el circuito con el pie derecho acá en La Habana.
Confesiones en fotofinish:
Contrario a los que muchos piensan por sus 25 años, quizás sea el azteca Paredes el de mayor tradición en el mundo de los clavados. Practicó el convencional, luego combinó este con los saltos de Quebrada, en Acapulco, hasta que recaló en el Cliff Diving, esta última variante a la cual considera apasionante, especialmente por el hecho de los escenarios y las emociones que se viven alrededor del mundo.
“El clavado convencional exige mucho más trabajo físico y de intensidad, amén de ser notablemente menos peligroso. Confío en mantenerme en el top-five de la Serie sin afrontar lesiones, como la que me atacó en la región lumbar durante la temporada del 2011, versión en la cual, de haber competido, tendría cartel de favorito. No tuve la oportunidad de enfrentarme a José Antonio Guerra, pero lo considero una excelente persona, en el mundial de Barcelona conversamos mucho y es uno de los clavadistas más constantes que ha dado la historia”, sentenció este diáfano cuate que tiene en su clavado de tres mortales atrás con dos giros (5.4) su principal arma.
Duque es una leyenda, impulsor de la disciplina y con el mismo programa que le mereció bronce en la edición anterior, el cafetero confesó que saltar en Cuba es como hacerlo en casa. “Esta cálida temperatura y lo espectacular del panorama, cautivan. Concentración es un elemento crucial en esta disciplina, sobre todo en los 15 segundos previos a cada ejecución y para reponerse a las posibles condiciones adversas como el viento”.
Artem no titubeó en decir que ama esta disciplina riesgosa en extremo, donde un desliz puede resultar fatal. “Siempre busco ubicación en el centro de la plataforma y todo comienzo fuerte reulta importante, por eso mañana saldré a dar lo mejor de mí e intentaré quebrar todo récord esta campaña”.
El británico Hunt tiene un lunar en el medio de su frente que no se despinta, siempre sonriente y centrado, de inglés impecable, lógico en su condición de lord inglés este otrora nadador le dedica dos horas diarias durante seis días de la semana a los entrenamientos: “Tienes que aislar tu mente para materializar saltos exclentes. Cuba es impresionante, no he explorado mucho, pero no lo necesito para llevarme una primera impresión genial. Prefiero montar y ejecutar los saltos más complejos, esos finales, que definen posiciones”, sentenció el dueño del clavado más complejo entre los 14 inscritos con 6.3 de dificultad.
Hoy volarán nuevamente estos 14 intrépidos, toda Cuba, ya sea en las inmediaciones de La punta con las pantallas gigantes colocadas, o en el corazón de la fortaleza que hace siglos custodió la entrada a la Bahía de La Habana, todos estarán pendientes a esos tres segundos de vuelo que pueden marcar un vellocino dorado.
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