Omega 3, el lado futurista de Osvaldo Montes

Para el compositor argentino Osvaldo Montes, que en Cuba se haga una película de ciencia ficción ya es de por sí ciencia ficción.

Así dijo a Prensa Latina el responsable de la música de clásicos como El lado oscuro del corazón y Tango Feroz, inmerso ahora en la grabación de la música de Omega 3, filme sin precedentes en Cuba.

Esta es su segunda colaboración con el cineasta cubano Eduardo del Llano, con quien trabajó en Vinci, una cinta sobre Leonardo da Vinci que se antoja insólita para lo que se suele filmar aquí.

"Osvaldo fue una bendición entonces", confiesa del Llano, que necesitaba música renacentista y no tenía quién se la hiciera, pues el conjunto de música antigua Ars Longa ejecuta, pero no compone.

"Él se entusiasmó con el proyecto, escuchó y tradujo mis ideas a las necesidades del filme y todo fluyó, y funcionó... ¿por qué cambiar? Desde ya lo quiero para mi próxima película", agregó.

Sin embargo, hay varios siglos de diferencia entre la Florencia de Vinci y el ambiente futurista que propone Omega 3, cuya trama reflexiona, de cierta manera, sobre las militancias alimenticias.

"Llevamos un mes de trabajo y ya estamos en tiempo complementario para iniciar las mezclas", dijo Montes, quien confió en la pericia del guitarrista cubano Dago Predraja para el tema principal.

Para este filme, tanto director como compositor se propusieron evitar los clichés sonoros de los años 1950, con demasiados efectos y atmósferas raras, y mezclan lo futurista con lo retro.

O sea, Omega 3 tendrá sonidos y texturas que uno pueda asociar con el futuro, pero también habrá tangos o un buen rock sesentero, género que el director ama profundamente.

"Me gusta Omega 3, me recordó al cómic argentino Fierro, uno casi siente el óxido de lo post-apocalíptico, y estoy muy contento de haberlo hecho", afirmó Montes, vinculado con Cuba hace 20 años.

Considerado una leyenda de la composición para cine y televisión, Montes estima que lo principal es escuchar al director, saber leer entre líneas y poner la música en función de la trama.

"Si la música que componemos tiene vida propia, pues tanto mejor, pero lo principal es -no me gusta la palabra subordinar- pero sí estar conscientes que somos apenas una parte del todo", agregó.

Al preguntarle si con tanta experiencia componiendo para cine se decidiría algún día a dirigir algo, Montes se limitó a sonreír y sentenciar: "zapatero a tus zapatos".