EN CARTELERA: Linterna verde

EN CARTELERA: Linterna verde
Fecha de publicación: 
24 Noviembre 2011
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¿Qué tiene La linterna verde? O más bien, ¿qué no tiene? ¿qué tópico del cine de superhéroes no machaca? Por cierto, viva el cine de superhéroes, pero mientras respete sus presupuestos esenciales de “salvar el mundo” y “luchar contra el mal”, mientras debajo de esa coraza aparentemente simplista se deslice una mitología compleja de personajes, de sentimientos humanos y realidades sociales que una película sesuda no podría explicar con tanta sutileza.

Pero Linterna verde (Martin Campbell, 2011) no es un pretexto para remover el inconsciente colectivo con temas sólidos, parece más bien la fantasía de un adolescente con bajas calificaciones y vago a más no poder. Sigamos las pistas:

Hal Jordan (tiene supercualidades pero aún no lo sabe), llega tarde a su trabajo y maneja el carro a toda velocidad sin agarrar el timón.

No obstante, es piloto —¿no hace falta estudiar para ser piloto?— y de los buenos. Pero como se hizo el loco, arriesgó su vida y terminó destruyendo un avión muy caro en una prueba de vuelo fue despedido.

Entonces, cuando pasaba su primera noche sin empleo, un extraterrestre calló en la Tierra herido de muerte, y su anillo, un anillo superpoderoso, fue a buscar sustituto. Cualquiera pensaría que Jordan es el menos indicado, en especial porque hasta ese momento ha demostrado ser poco reflexivo, irresponsable y desinteresado por alguien más que sí mismo; pero nada, todo puede ocurrir en la ficción y el anillo lo elige a él por razones personales que nunca se explican.

Está tan ocupado con su anillo que deja el extraterrestre donde mismo murió y claro, el gobierno da con sus restos. Mientras tanto, Jordan averigua la forma de activar aquel objeto mágico y se va de viaje a un planeta muy muy lejano.

Allí se encuentra con otros superhéroes que tienen anillos igual que él. Y dos de ellos lo entrenan. En realidad es un cursillo muy básico lo que tienen que pasar, solo algunas instrucciones así como esas que enseñan a usar una lavadora, para que tenga algunos conocimientos elementales sobre el anillo y pueda salvar el mundo. Jordan, de todas formas, decide que no está para eso y regresa a vivir su desempleo en el planeta Tierra. Por supuesto, no devuelve el anillo.

Otra pista de que esta historia es la fantasía de un adolescente un tanto brutillo está en que el supervillano es un científico. Y por supuesto, como es científico no tiene tiempo para hacer ejercicios, es feo y bajito. Para colmo es profesor de una universidad. Lo tiene todo para supervillano. Y atendiendo a sus cualidades naturales lo eligen para hacerle la autopsia al extraterrestre, se infecta y se vuelve muy malo y mucho más feo de lo que era antes.

Feo y todo, el villano tiene su corazoncito y esta enamorado a muerte de una mujer que a su vez está puesta para Jordan, y de hecho fue su novia.

El científico, un hombre racional, profesor de la universidad y trabajador, después de pasar una pena delante de la chica, tiene una rabieta y decide matar a todos los invitados a una recepción. Casualmente, Jordan también está allí, porque a pesar de que lo habían despedido de la empresa por destruir un avión nuevecito de paquete, se lo merecía. Un helicóptero se arrastra por aquel sitio, no hiere ni mata a nadie, pero las leyes de la física son tan impredecibles que el artefacto va directo hacia la bella damisela, ahora en peligro.

Faltara más, Jordan la rescata. Los invitados se van para sus casas, pero Jordan está tan feliz con su proeza que decide pasarse por casa de la muchacha vestido de superhéroe, a fin de cuentas con el apuro ni le dio a la chica la oportunidad de agradecerle.

Tienen su momentico mientras cae el sol…

Y así van las cosas. Este adolescente que prefiere un mundo donde todo le caiga del cielo (literalmente en este caso) sin echar una gotica de sudor, también se manda a hacer un mejor amigo, alguien que piense por él, pero que no tenga su buen porte, y si usa espejuelos mejor aún.

En fin, no vamos a seguir cavando. Además de actuaciones de muy dudosa calidad, los diálogos de Linterna verde carecen de la sutileza con que las películas clase B suelen deslizarnos las más baratas ideas. En este caso las ideas son tan baratas como su envoltura, y en el más básico sentido dramático, algunas catarsis del protagonista entran de sopetón, sin justificación alguna.

Eso sí, este filme logra incorporar diseños digitales, desde personajes hasta escenografías completas, con tal gusto que podríamos comenzar a hablar de mayoría de edad en este terreno.
Después de experimentos fallidos y otros no tanto, parece que vamos logrando una simbiosis interesante entre mundo real y virtual. Sobre todo la construcción de los personajes fantásticos engrana con ciertos wallpaper de avanzada (y aún así populistas) que corren por Internet.

Nos quedamos de todas formas a la espera de una película que se ocupe de representar en terreno cinematográfico toda la riqueza de las aventuras de los Green Lantern Corps.

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