Calderón protesta «enérgicamente» por el espionaje al que fue sometido por la NSA
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El expresidente de México Felipe Calderón ha expresado este lunes su «más enérgica protesta» por el espionaje al que fue sometido por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) durante su mandato, hecho que fue revelado durante el fin de semana por el semanario alemán Der Spiegel.
«Más que personal, es un agravio a las instituciones del país, dado que se realizaron cuando ejercía el cargo de presidente de la República», ha indicado a través de su perfil oficial en la red social Twitter.
«Estaré atento a las gestiones de Cancillería para exigir explicaciones a Estados Unidos y el correspondiente deslinde de responsabilidades», ha agregado. «En tanto la Cancillería cumple con su deber exigiendo las investigaciones respectivas, no haré más declaraciones al respecto», ha remachado.
El propio Ministerio de Exteriores mexicano condenó «categóricamente» el caso de espionaje, que tildó de «inaceptable, ilegítimo y contrario al derecho mexicano y al derecho internacional». Asimismo, recordó que el presidente estadounidense, Barack Obama, «se comprometió en su más reciente encuentro con el presidente, Enrique Peña Nieto, a realizar una investigación exhaustiva que conduzca al deslinde de responsabilidades».
«Este mismo compromiso fue confirmado por el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, durante una reunión de trabajo sostenida en días recientes con el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade», especificó a través de un comunicado. Asimismo, reiteró «la importancia que tiene para el país dicha investigación, que deberá ser concluida a la mayor brevedad».
«En una relación entre vecinos y socios no hay cabida para las prácticas que se alega tuvieron lugar. Por ello, el diálogo institucional que sostienen las instancias correspondientes es fundamental para mantener su relación de confianza y respeto», apostilló.
Escándalo de espionaje
El escándalo se destapó el pasado 2 de septiembre, cuando la cadena brasileña O'Globo reveló que la NSA espió a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y a Peña Nieto, cuando aún era el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a las elecciones del 1 de julio de 2012.
De acuerdo con esta información, la NSA espió llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto de Rousseff y varios de sus «asesores clave», así como de Peña Nieto y nueve miembros de su equipo de campaña electoral.
Tras ello, los ministerios de Exteriores de Brasil y México convocaron con carácter de urgencia a los embajadores estadounidenses en sus respectivos territorios para pedir explicaciones sobre el espionaje a sus presidentes.
Además, Brasil amenazó con llevar este asunto a Naciones Unidas, mientras que México propuso imponer sanciones multilaterales a Estados Unidos, si finalmente se demuestra que el contenido de los documentos de la NSA es cierto.
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