Solidarios por naturaleza…

Solidarios por naturaleza…
Fecha de publicación: 
1 Octubre 2013
0
Imagen principal: 

Podríamos llenar cuartillas con los ejemplos grandilocuentes de solidaridad que hemos protagonizado: misiones internacionalistas como maestros, médicos, soldado a los confines más insospechados, selvas, desiertos, parajes remotos han sido testigos de la gran veracidad que encierra esa afirmación.

Donde quiera que una causa justa se levante o un atropello se avecine, ahí está Cuba expresando su solidaridad con quien corresponda en uno u otro caso, sin miedos ni titubeos, a mucha gente, de hecho le caemos mal por esta solidaria manía de alinearnos con quienes llevan la verdad, aunque se trate de verdades incómodas para los poderosos.

A ver, que alguien me diga un pueblo del mundo hasta donde ese espíritu solidario, esa capacidad de compartir lo que tenemos, nunca de dar lo que nos sobra, ese concepto arraigadísimo de dar muy lejano de la caridad burguesa, que alguien me señale en el mapa un rinconcito al que no haya llegado el apoyo de los hijos de esta tierra.

Y aquí adentro, en los límites de la misma isla, sobrecumplimos cada año las cifras de donaciones de sangre voluntarias, vamos allí, por los CDR, por la UJC, por la CTC, por el PCC, pero sobre todo por solidarios que somos, a entregar parte de nuestra valiosa hemoglobina sin importar a cuál de nuestros compatriotas estamos salvando, la cosa es que podemos salvar a alguien y allí estamos.

Dígame, en las no sé cuántas temporadas ciclónicas que le ha tocado sufrir en Cuba, con cuántas valijas para damnificados ha contribuido, cuántas veces ha vaciado el escaparate buscando algo para los que, en ese instante, lo necesitan más que usted que, por cierto, no es rico, sino un solidario cubano de a pie.

¿Y las salas de oncología pediátrica? A menudo se leen o escuchan noticias sobre donaciones para esos niños, sobre espectáculos artísticos que les llegan sin más interés que arrancarles una sonrisa, sin más propósito que alegrarles el alma a aquellos niños y por qué, pues porque así somos los cubanos: solidarios por naturaleza.

Sin embargo, me pregunto por qué a algunos, especialmente a los hombres, les cuesta tanto cederle el asiento en una guagua llena a un anciano, una embarazada…  y a otros y otras se les hace imposible no empujar a cualquiera que se le ponga delante a la hora de abordar el ómnibus o transitar un espacio público muy concurrido. Por qué se hace difícil respetar el orden en una cola, algo en lo que lamentablemente deberíamos ser expertos, o tratar con amabilidad a ese que llega a nuestra oficina para un trámite o una pregunta, o movernos de la acera donde hacemos tertulia ocasional con algún amigo para darle paso a una madre que trae el coche con su bebé.

Sobre todo me pregunto qué haremos nosotros, la mayoría, la inmensa mayoría de los cubanos que hacemos realidad cotidianamente aquello de ser solidarios por naturaleza, los que no deparamos en problemas y escaseces personales ante la oportunidad de un bien mayor o de un pequeño bien necesario. ¿Vamos a dejar que empañen nuestro gesto, nuestra naturaleza solidaria?

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.