La amenaza no es solo a Siria: Esperando al zurdo
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Independientemente de que ahora el Presidente de Estados Unidos está considerando de si atacar o no a Siria, después que Damasco aceptó una proposición de Moscú para controlar internacionalmente sus armas químicas y firmar el tratado de no proliferación al respecto, Barack Obama está consciente de que ni Rusia ni China quieren una confrontación militar que lleve al mundo a la Tercera Guerra Mundial.
En este caso Estados Unidos ha vuelto a chantajear con la amenaza de realizar otra de sus agresiones, siempre contra un país pequeño, contando con que apenas, si acaso, sufrirá pocas bajas y creará muchas colaterales. No sé si por fin dará la orden de agresión, que podemos compararla con el lanzador zurdo del béisbol, comúnmente llamado del brazo equivocado.
El anuncio del zurdo presidente norteamericano, Barack Obama, de que castigaría Siria por haber utilizado armas química, solo encontró eco y respaldo en sus más abyectos socios y en aquellos que temen contradecirlo.
La Comisión de Naciones Unidas que investiga la acusación no ha terminado aún su trabajo y, antes de la sabia propuesta de ahora, Rusia había presentado un informe detallado acerca de la falsedad norteamericana y un testigo presencial mostró la falacia montada por Washington para justificar la peligrosa escalada de una agresión iniciada hace dos años y medio contra la única nación árabe que ha sostenido una consecuente postura antimperialista y antisionista.
El pasado día 5, el científico y periodista Marat Musin aseguró que, como testigo presencial del despliegue de tropas, el ejército de Siria no usó armas químicas el 21 de agosto pasado en los combates que llevó a cabo en Yobar, en las afueras de Damasco. A su juicio, lo que observó fue una excelente operación antiterrorista de las tropas sirias, que iban a la batalla sin máscaras antigás, y relata:
”La idea era dividir en dos la agrupación de los rebeldes y machacarlos por partes. A las 7:20 empezó una potentísima preparación de artillería, a las 8:00 las tropas procedieron al asalto. Media hora más tarde el Ejército retomó el control sobre los edificios más importantes en el tramo del frente de dos kilómetros de largo. Cerca de las 10 surgieron las primeras filtraciones intencionales sobre un supuesto ataque químico. Tres zonas en las afueras de Damasco fueron declaradas objetivos de ese ataque, entre ellas Yobar (donde se encontraba el propio periodista)". "Las fuentes eran israelíes y estadounidenses", precisó el testigo.
Musin vio con sus propios ojos que en la zona de combate "no había civiles: ni mujeres, ni niños. Estaba ocupada por el Frente Al Nusra, es decir pura Al Qaeda", agregó.
Las máscaras antigás, de fabricación estadounidense, e incluso las ampollas con antídoto contra el sarín, de origen qatarí, sí fueron halladas en el lugar, pero a disposición de los rebeldes, después de que las tropas retomaran el control sobre Yobar.
Occidente metió la pata. A las dos de la tarde sus medios de información empezaron a retirar la mención de Yobar. El camarógrafo que acompañaba a Musin grabó imágenes de un almacén químico subterráneo. Allí se encontraban varias garrafas con líquidos que tenían un olor muy fuerte y que ni los periodistas ni los soldados se atrevieron a abrir.
Algunos militares sirios fueron hospitalizados después del combate, aquejados de una astricción del sistema respiratorio. Pero los cadáveres de las mujeres y los niños que mostraron varios canales de televisión solo podían haber sido traídos por los rebeldes desde otras regiones del país.
Esto fue suficiente para que surgiera la amenaza de agresión directa norteamericana, el irrestricto apoyo francés y la decisión de varios países árabes de financiar la agresiva operación contra Siria.
No importó que uno de los mercenarios confesara que las armas químicas fueron empleadas por los opositores, ni que Rusia elaborara un detallado informe sobre lo que realmente ocurrió, desmintiendo las acusaciones de Obama, quien no ha presentado pruebas, ni interés sobre el resultado del informe que está elaborando la misión de Naciones Unidas.
¿LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?
Estados Unidos ha estado chantajeando con la cuestión de que puede desencadenar la Tercera Guerra Mundial. No importa que se escude en pretextos que después se demuestra que son falsedades o incurra en situaciones que “justifiquen” las injustificables agresiones, como ocurrió en la guerra de Corea y la de Vietnam, la acción bélica que desmembró a Yugoslavia, las agresiones a Afganistán, Iraq y Libia, y que se pretende hacer ahora con Siria.
El chantaje nuclear norteamericano viene caminando desde que arrasó virtualmente a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, y ensayó el NAPALM en Tokio, quemando vivos a 130 000 de sus habitantes.
Rusia afirmó que apoyará a Siria, si Estados Unidos se decide a atacarla, y envió más buques al Mediterráneo -incluso un destructor de portaaviones-, en tanto China también se hizo presente con una nave de guerra.
La comunidad internacional en general está contra la posibilidad de la agresión norteamericana, aunque la opinión pública de EE.UU. y de algunos de sus más cercanos aliados ha sido bien manipulada para justificar el “castigo” a Siria.
“Estados Unidos busca desencadenar la Tercera Guerra Mundial, pero se enfrentará a una catástrofe”, afirmó el experto geopolítico ruso, coronel general retirado Leonid Ivashov, quien preside la Academia de Cuestiones Geopolíticas, y pone sus esperanzas en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), porque este, dice, puede encabezar la lucha por la paz.
En este contexto, Moscú reiteró su vocación de paz y evitar un conflicto que, según el politólogo ruso Leonid Savin, tiene como objetivo estratégico imponer a Moscú y China la hegemonía de Washington y sus aliados.
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