Venezuela: Sus espinas sin futuro

Abrumados por el hasta la victoria siempre que le ha tributado la inmensa mayoría de los venezolanos a su presidente Hugo Chávez Frías, sectores ultraderechistas se muestran dislocados.

Uno de sus cómplices, el periódico franquista ABC, de España, llega a decir que la muerte del líder revolucionario “habría ocurrido en realidad a las 7:00 de la mañana de este martes en la isla de Cuba”.

Tan verdad como eso fue lo dicho este jueves en Miami por Diario Las   Américas, respecto a que, en la superficie, todos están unidos por el dolor, pero son muchas “las patadas” que se propinan las facciones debajo de la mesa.

Un tanto menos grotesco intentó ser El Nuevo Herald, quizás para no igualarse con el dantesco espectáculo que grupos ultraderechistas de origen venezolano protagonizaron en Miami al  brindar públicamente con champan por la muerte del mandatario.

Con aparente objetividad su título reza: “Solemne tributo a Hugo Chávez”, pero no por casualidad agrega que “Raúl Castro ordenó una movilización para honrar “al principal aliado y benefactor de Cuba”.

Uno de los corresponsales del Herald que cubrieron las honras fúnebres en Caracas, Alfonso Chardy, se vio precisado a reconocer la presencia de cientos de miles de partidarios que aclamaron al presidente “como un héroe nacional”.

Incluso se hizo eco de una consigna, ¡Chávez vive y la lucha sigue!,  que, según él, durante siete horas de marcha “cantaban a coro miles de personas a lo largo de la ruta por donde pasó la carroza” que trasladaba  sus restos.

Otro dato muy significativo fue cuando Chardy escribió que esa multitud era encabezada por el mandatario boliviano Evo Morales y el vicepresidente Nicolás Maduro, “por quien “muchos decían que votarían en las próximas elecciones”.

Diario Las Américas estimó que en la práctica los chavistas iniciaron  el proceso electoral, como lo demuestra –añadió- la figura de Maduro saludando a la gente con el puño en alto, abrazando a Evo Morales y consolando a una mujer anegada en lágrimas.

Esa publicación recordó que Maduro estuvo junto a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, en la guardia del féretro, aunque no lo dijo, dos personalidades que especulaciones de la ultra han exhibido como enfrentadas.

Dos especialistas del rotativo, Daniel Lozano y Jacobo García, opinaron que, no obstante las dificultades, “el chavismo sobrevivirá posiblemente como la mayor fuerza política durante las próximas generaciones”.

Entonces llegó su turno al conocido vocero oficioso de Washington y columnista del Herald, Andrés Oppenheimer, quien abrió fuego diciendo que la muerte de Chávez marcará posiblemente el principio del fin de la autoridad  política de Caracas en América Latina.

Aunque trató de aliviar el efecto de esas palabras y su imagen pro-estadounidense vaticinando que los chavistas sostendrán su influencia en Venezuela “durante décadas”.

Si el comandante-presidente aterrorizó, en primer lugar, a poderosos intereses hegemónicos de Estados Unidos, también les preocupan las señales que apuntan hacia la consolidación del equipo que ahora, con Maduro al frente, dará continuidad a un proceso en manos de hombres que no son –y a la vez son- Hugo Chávez.