Una iglesia donde todos parecemos pequeños (+ FOTOS)
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Ante la monumentalidad de esta iglesia todos somos demasiado pequeños. Minúsculos ante la grandeza celestial. Es la idea, la Iglesia Católica ha construido siempre templos prominentes, que parecen advertencias en la tierra. Impresiona este, el más grande de Cuba, dedicado a Cristo Rey, pero que todo el mundo conoce como Jesús de Miramar.
La edificación está ubicada en la 5ta. Avenida, en una explanada que le permite al transeúnte verla en todo su esplendor. La influencia románica bizantina es evidente en su estilo arquitectónico. Planta de cruz latina, tres naves, ábside, cruceros, arcos de medio punto, bóveda de cañón y cúpula de base octogonal. A imagen y semejanza de otras iglesias célebres en el mundo.
Su estructura es de hormigón armado, revestida de cemento que imita la piedra arenisca. Pero la fachada, el pórtico y la torre (que nunca se terminó) son de piedra de sillería. Los bajorrelieves, los ángeles del presbiterio y los altares son de mármol de Carrara. El piso fue hecho en terrazo, in situ. Aquí y allá son evidentes signos franciscanos, como el escudo de la orden. El artista Juan Sierra moldeó en los capiteles símbolos litúrgicos.
El arquitecto Eugenio Cosculluela dirigió las obras de construcción, que comenzaron en 1948 y concluyeron en mayo de 1953.
La iglesia está dedicada a Cristo Rey, específicamente al momento de su pasión. La sagrada imagen, una réplica de la célebre imagen de Jesús de Medinacelli (venerada en Madrid), preside en el camarín del ábside. Está tallada en madera pintada, lleva una túnica nazarena de color morada. En los extremos del crucero están las dos capillas de la iglesia: la de la izquierda, dedicada a la patrona de Cuba, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre; la otra, a Santa Ana, madre de la Virgen María.
Pero lo más singular del templo es el Via-crucis, 14 murales desplegados en las paredes laterales. Fueron pintados al óleo sobre láminas por el español César Hombradós Oñativia, entre 1952 y 1959. No es que haya grandes aportes formales, pero el tamaño de las pinturas es considerable. Algunas de las familias que aportaron recursos para la construcción del templo posaron para las escenas.
El órgano de tubos fue inaugurado en 1956. Como todo en la iglesia, es monumental. Tiene 5 mil tubos y tres consolas, puede alcanzar 73 registros reales. Ahora está en reparación. Fuera de la iglesia, destaca la gruta de la Virgen, imitación de la famosa gruta francesa de Lourdes, concebida por el arquitecto Max Borges.
La iglesia de Cristo Rey está abierta a los fieles y visitantes, por las mañanas y las tardes. Normalmente se celebran todos los actos del servicio religioso. Un capuchino español, Fray Aniceto de Mondoñedo fue el artífice y promotor de esta obra. Desde su fundación, es atendida por religiosos capuchinos españoles.
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