Benicio del Toro: «Es triste que en Hollywood no inviertan en cine con un poco más de conciencia»

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Benicio del Toro: «Es triste que en Hollywood no inviertan en cine con un poco más de conciencia»
Fecha de publicación: 
4 Octubre 2012
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Es uno de los actores latinos que más arriba ha llegado en Hollywood. Portorriqueño y nacionalizado español el año pasado, ha ganado un Oscar, un Globo de Oro, dos premios del Sindicato de Actores (Traffic), el Premio a Mejor Actor en Cannes y un Goya (Che, el argentino). Abel Ferrara, Steven Soderbergh, González Iñárritu, Robert Rodríguez, Bryan Singer y Oliver Stone, entre otros, han querido trabajar con él. Ahora, con la película Salvajes en cartelera —donde interpreta al malvado de un brutal cártel mexicano— llega a las salas su primera incursión en la dirección, o la segunda, si se tiene en cuenta Submission, un cortometraje que escribió, produjo y rodó en 1995.

Es el director del primer capítulo de los siete que componen la película coral 7 días en La Habana, retrato caleidoscópico de la vida en la ciudad cubana, construido también con las miradas de Pablo Trapero, Julio Medem, Elia Suleiman, Gaspar Noé, Juan Carlos Tabío y Laurent Cantet. Las distintas historias del filme se rodaron sobre un guión escrito por el escritor y periodista Leonardo Padura junto a Lucía López Coll. Benicio del Toro dirige aquí El Yuma, episodio en el que cuenta una noche en La Habana de Teddy, un joven actor estadounidense, con un taxista de mediana edad al que ha contratado como chofer. Josh Hutcherson y Vladimir Cruz son los protagonistas de este paseo nocturno, con el que Del Toro intenta reflejar la verdadera esencia de la ciudad.

«En una noche, un joven estadounidense descubre que el atractivo de La Habana reside en una sensación visceral y abstracta. Teddy empieza impacientándose con la confusión reinante y acaba por entregarse al encanto embriagador del espíritu cubano», explica Benicio del Toro, quien asegura que le «interesaría dirigir; pero a mí no me van a dar mucha plata por hacer eso, porque no lo he hecho nunca antes. A mí me van a dar dinero por actuar, que es lo que yo haría en su caso. Pero hay algunos casos interesantes, Ben Affleck es un buen ejemplo. Aunque al final creo que todo depende de lo mismo, de un guión con potencial para hacer taquilla».

«Yo soy un actor —insiste—. Y siempre he sido un actor de cine independiente, pero ahora el cine indie no es tan enérgico como antes, como cuando empecé a hacerlo yo, a mediados de los noventa. Era la época de Robert Rodríguez, de Quentin Tarantino, de Steven Soderbergh, de Spike Lee... una ola de nuevos cineastas, cine de autor. Yo entré en ese momento y desde entonces no he visto una nueva ola de cine, pero vendrá».

A punto de estrenar una nueva película —Jimmy Picard, de Arnaud Desplechin, sobre la vida de un jefe indio alcoholizado y neurótico—, el actor y director se lamenta de la situación actual del cine en Hollywood. «El cine de los setenta y el de ahora no tienen nada que ver, ahora es todo completamente distinto. Ahora el cine está manejado por el dinero, por lo que una película va a hacer en la taquilla —dice—. Todo hoy es igual, si ves los tráilers de las películas de Hollywood, todos son lo mismo, o parece que el actor se va a caer o le están persiguiendo o... Es una fórmula. Y los estudios ponen todo ahí. Es triste que no inviertan lo mismo para el cine con un poco más de conciencia».

Un cine en el que, tal vez, a los actores latinos se les permita dar un paso más y entregarse a personajes alejados del cliché habitual. Algo que al propio Benicio del Toro, una excepción, le ha costado muchos años de trabajo. «Es verdad que la comunidad latina ahora está más integrada en Hollywood. Ahora hay más oportunidades en el cine y en la televisión que cuando yo empecé, y los actores latinos estamos mejor considerados, pero nos siguen viendo distintos», asegura.

«También hay más posibilidades para los directores de descendencia latina. Ahí están Guillermo de Toro, Alejandro González Iñárritu... que trabajan desde dentro del sistema, pero lo que no hay todavía, o al menos no lo conocemos, es un director latino hablando de la situación de esta comunidad en EE.UU. A lo mejor existe, pero yo no lo he visto».

Benicio del Toro, que vio cómo se lanzaba su carrera gracias al personaje que interpretó en Traffic, de Steven Soderbergh, se convirtió en una de las voces progresistas del cine en Hollywood. Ahora, a la vista de las próximas elecciones en EE.UU., el actor afirma que votará por Obama. «Apoyaré a Obama. Creo que ha hecho un buen trabajo, teniendo en cuenta las circunstancias. Ha intentado trabajar con todos, con los republicanos también, para conseguir sacar adelante algunas leyes, pero se le han cerrado algunas puertas totalmente. Creo que se le deberían dar cuatro años más, porque en solo cuatro años era difícil que hiciera muchas cosas. Yo estoy a favor de darle esa segunda oportunidad».

Trapero, Kusturica y Alexander Abreu

7 días en La Habana reúne a algunos nombres importantes, europeos y americanos, del cine de hoy. Pero de todos ellos, es, sin duda, el de Pablo Trapero el que destaca en el filme con su episodio titulado Jam Session.

Protagonizado por el cineasta serbio Emir Kusturica, que se interpreta a sí mismo, y por el músico Alexander Abreu, es el primer filme que el director argentino rueda fuera de su país. En él, Trapero cuenta una historia de amistad, que aprovecha para demostrar el enorme talento artístico que se encierra en la isla.

«Una parábola de la fama», define el propio cineasta su trabajo, donde narra la llegada a La Habana de Kusturica para recoger un premio. El contacto con la gente de allí es suficiente para que se olvide de que es un hombre famoso y se concentre en la persona que le sirve de chofer, un tipo en el que descubre a un sobresaliente trompetista, cargado de emoción y de talento.

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