El ministro de Información de Siria, Omran al-Zoubi, declaró hoy que su gobierno investiga la procedencia del disparo de un obús de mortero que causó la muerte a cinco personas en la localidad turca de Akçakale.

El titular sirio expresó las condolencias del Ejecutivo a los familiares de los fallecidos y al pueblo turco.

Zoubi, en declaraciones a la televisión local, dijo que en casos de incidentes fronterizos entre dos vecinos los gobiernos deben actuar con prudencia y de manera racional y responsable.

En especial, en este caso, porque existen bandas armadas en la frontera sirio-turca con agendas e identidades diferentes entre sí, lo que significa una amenaza a la seguridad de Siria y de los países del área.

El ministro indicó que la frontera sirio-turca es extensa y utilizada para el tráfico ilícito de armas, municiones y terroristas armados que comenten masacres en Siria, la ultima de ellas la ocurrida la víspera en Alepo, donde atentados terroristas con coches bombas mataron a 34 personas e hirieron a más de 122.

Dijo que Siria basa su comportamiento con los países vecinos en las reglas de buena vecindad y el respeto a las soberanías nacionales, y en cambio exige el respeto de su soberanía nacional y la cooperación en el control de las fronteras e impedir la infiltración de insurgentes y terroristas.

Informes de medios de prensa indican que fuerzas turcas bombardearon áreas sirias en la provincia de Idleb, a 320 kilómetros al norte de Damasco, en represalia por el disparo del obús, cuyos autores aun son desconocidos.