De los usos de Mahoma
especiales
En las protestas de los países árabes que desató La inocencia de los musulmanes, película insultante para Mahoma y, por ende, para el Islam, los muertos los pusieron los manifestantes, con una excepción: Libia. El asesinato del embajador estadounidense John Christopher Stevens y de tres miembros de su equipo en Benghazi abre un abanico de preguntas.
El asalto al consulado de EE.UU. en esa ciudad fue preparado por militantes de Al Qaida (AP, 13-9-12) y muy bien coordinado (www.timesofisrael.com, 18-9-12). Altos funcionarios de la Casa Blanca “están cada vez más convencidos de que la índole feroz del ataque, en el que se utilizaron lanzagranadas, indica que no es producto de una indignación espontánea... Patrick Kennedy, subsecretario del Departamento de Estado, declaró que tenía la certeza de que el asalto fue planeado, dada la gran cantidad de armas empleadas” (www.independent.co.uk, 14-9-12). No pocas de ellas las habían proporcionado EE.UU. y la OTAN a los rebeldes que se alzaron contra el dictador Khadafi, incluidos miembros de Al Qaida.
Hillary Clinton manifestó su asombro: “Cómo pudo suceder esto en un país que ayudamos a liberar, en una ciudad que salvamos de la destrucción” (www.aljazeera.com, 13-9-12). ¿Despiste? ¿Cinismo? Porque “según fuentes diplomáticas de alto nivel, el Departamento de Estado tenía información creíble 48 horas antes de que la turba atacara el consulado en Benghazi, y la embajada en El Cairo, de que misiones diplomáticas (estadounidenses) podrían ser el blanco, pero no avisó a los diplomáticos que estuvieran alertas”, señala The Independent. El diario británico agrega que, por el contrario, “las fallas en materia de seguridad eran graves y continuas”, lo cual facilitó el ataque. Es curioso ese acto pasivo del Departamento que jefea Hillary.
¿Cuál sería el propósito de semejante “distracción”, digamos? ¿Agregar un elemento incendiario a la crítica situación del Medio Oriente? ¿Dar nuevos pasos en la guerra que se prolongará una vida entera, como anunció en su momento Dick Cheney? ¿Y cuál sería el próximo objetivo, Siria, Irán? Más allá de cómo el hecho Benghazi juega en la campaña electoral, hay indicios de que Obama se está alejando de su anterior posición negociadora con Irán, aunque la mantiene públicamente.
El semanario Aviation Week, reputado por sus contactos con altos funcionarios del Pentágono y empresarios de la industria bélica, indicó que “la comunidad de defensa de EE.UU. y el gobierno Obama estiman que el 2013 ofrecería la ocasión de un bombardeo aéreo a las instalaciones nucleares y de misiles de Irán” (www.aviationweek.com, 25-6-12). Podría ser antes, agrega, aprovechando el caos que causaría la caída del gobierno sirio. La discusión sobre el tema –atacar o no atacar– sigue en la Casa Blanca.
La revista internacional Defense News, de lectura casi obligada para los miembros importantes del complejo militar-industrial, informó que los planificadores del Pentágono han desarrollado “una eventualidad viable” para Irán que Obama “no dudará en autorizar si la opción militar es el único medio para impedir que Teherán obtenga armas nucleares” (www.defensenews.com, 4-6-12). Así lo declaró Michèle Flournoy, ex subsecretario de Defensa y actual asesor de Obama en la campaña para su reelección, en un par de conferencias que impartió en Tel Aviv. “Como ex funcionario del Pentágono, puedo garantizar la calidad del trabajo hecho.” Es significativo, en este marco, lo dicho por el mandatario estadounidense refiriéndose a los asesinatos de Benghazi: “Se hará justicia” (www.cbsnews.com, 12-9-12).
Un Airbus turco, en tanto, ha trasladado en el vuelo 709 del 10 de septiembre último a 93 terroristas de Al Qaida y del talibán desde su campo de entrenamiento en Waziristán del Norte, al noroeste de Pakistán, a la frontera de Turquía con Siria. La fuente que reveló este hecho a la Fars News Agency informó además que los Servicios de Inteligencia turcos trabajan de consuno con la CIA y los servicios de Arabia Saudita y Qatar a fin de ordenar estos movimientos (www.globalresearch.ca, 18-9-12). Se inauguró otro campo de entrenamiento en la misma provincia paquistaní para terroristas salafíes y mujaidines que son enviados a combatir junto a los rebeldes sirios.
Al Qaida renace con el apoyo financiero, logístico y armamentista que coordinan la CIA, el M16 británico y las estructuras de Inteligencia de Turquía y de los países árabes del Golfo Pérsico (www.washingtonpost.com, 15-5-12). Pareciera que Washington “olvida” que apoyó a la resistencia libia en conocimiento de la presencia de Al Qaida en sus filas y es ahora Al Qaida el grupo terrorista que asesina a su embajador en Libia y a otros tres funcionarios. Pero sigue en pie la pregunta: ¿por qué el Departamento de Estado no los alertó sobre el posible ataque? La inocencia de los musulmanes es un manto que todo encubre.
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