Venezuela: Un «fraude» made in USA

Venezuela: Un «fraude» made in USA
Fecha de publicación: 
17 Septiembre 2012
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El gobierno de Estados Unidos tiene bajo la manga el montaje de un supuesto «fraude» en las próximas elecciones de Venezuela para desatar disturbios que golpeen a su Revolución.

No es algo novedoso, forma parte del abanico de modalidades incluidas en una conspiración para deshacerse de gobiernos independientes y apegados a los intereses de sus naciones.

En Venezuela resaltan dos personajes claves: el petróleo y las inmensas reservas de ese hidrocarburo, priorizados por los altos mandos estadounidenses del empresariado y el espionaje.

Ahí radica el fondo de la campaña implementada por Washington contra el proceso electoral que despliegan allí y cuyo mensaje directo o por encargo es un posible fraude en beneficio de Hugo Chávez.

Uno de los más recientes salió publicado este sábado en El Nuevo Herald, bajo la firma de un periodista muy bien visto en la Casa Blanca, Andrés Oppenheimer.

Su título: ¿Fraude electoral en Venezuela?, dijo sin probarlo que Chávez está preparando un «fraude monumental» para alterar los resultados del 7 de octubre.

Agregó, también sin datos concretos, que usa una enorme cantidad de fondos gubernamentales «para comprar votos», tiene acceso ilimitado en la televisión y controla instituciones electorales.

Antes de escribirlo, Oppenheimer entrevistó durante 40 minutos al candidato abiertamente respaldado por Washington, Henrique Capriles Radonski.

Durante esa ocasión, el periodista del Herald mencionó al controvertido Carlos Alberto Montaner, de acuerdo a su opinión, «uno de los mejores comentaristas políticos de Latinoamérica».

Luego puso en su boca haber dicho que Chávez podría estar preparando «un megafraude en el proceso electrónico de recuento de votos».

Oppenheimer también le achacó la afirmación de que, según consultores políticos no identificados, «hay dos millones de nombres de votantes inexistentes que el gobierno podría manipular».

Durante la entrevista, Capriles dijo que, con excepción del petróleo, el actual gobierno de Caracas «no tiene mayores resultados que exhibir», criterio que observadores valoraron como estúpido.

Respecto a sondeos que brindan a Chávez la delantera se atrevió a manifestar que hay tres a su favor, pero cuatro en contra. Podemos —aseveró— ganar estas elecciones por más de un millón de votos de diferencia. «Estoy absolutamente confiado en que triunfaremos».

Hace un mes, el 17 de agosto, la emisora derechista UNIVISIÓN citó a la encuestadora venezolana Varianzas para decir que, a unos 45 días de los comicios, prácticamente existía un empate técnico entre los dos candidatos presidenciales.

Esa estación comentó que el referido sondeo marcó una distancia en cuanto a las investigaciones que han dado a Chávez una superioridad entre 15 a 25 puntos frente a Capriles.

Sin embargo, un día antes la encuestadora Hinterlaces, al presentar su más reciente estudio, afirmó que si las elecciones tuvieran lugar entonces, el presidente obtendría un 48 por ciento de los sufragios y Capriles el 30.

La supuesta euforia de la oposición fue empañada por el escándalo que provocó la entrega de un video en que se ve a un cercano colaborador de Capriles recibiendo dinero procedente del exterior.

Se trata del diputado Juan Carlos Caldera, representante del líder de Mesa de la Unidad Democrática ante el Consejo Nacional Electoral.

Tanto Caldera como el mensajero hablan en ese material sobre preparar un encuentro entre su candidato presidencial y el donante, a quien ellos identifican como «el jefe», pero fuera del país «por razones de seguridad».

Hay señales muy fuertes, la idea procedente del Norte es tachar las elecciones venezolanas como un fraude, provocar confusión, disturbios y sacar a sus agentes de las madrigueras. Eso no denota fortaleza, sino debilidad.

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