El Festival de Viña del Mar abre con protestas y Ricky Martin pidiendo por DDHH
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Unas 20.000 personas repletaron la Quinta Vergara, el escenario que alberga desde hace 61 años el festival de Viña y que este año se desarrolla bajo el contexto de la rebelión social que afecta Chile desde octubre y que ha dejado 31 muertos en protestas callejeras, saqueos e incendios de comercios.
El estallido social, que comenzó por el alza de las tarifas del metro de Santiago, también se extendió al fútbol profesional chileno y ahora a este emblemático festival.
La noche inaugural comenzó con al menos 20 minutos de retraso por protestas convocadas en redes sociales para manifestarse en contra del festival.
Los animadores del show, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo lanzaron un mensaje de unidad en el que conminaron a demandar un Chile más justo y digno, pero en unidad.
En las calles aledañas al festival miles de manifestantes realizaban violentas protestas en las que atacaron una tienda de vehículos, tiendas y las instalaciones de la Municipalidad del balneario de Viña del Mar (unos 120 km al oeste de Santiago). Los manifestante chocaron con agentes antidisturbios que los dispersaron con gases lacrimógenos y carros lanza agua.
Exijan lo básico
El número de apertura estuvo a cargo del famoso cantante boricua Ricky Martín quien tras dos horas de show pidió a los chilenos que no se queden callados y que con “amor y paz” exijan lo que merecen.
“Que (los chilenos) se expresen, que exijan lo básico, los derechos humanos, es básico, no pedimos nada. Yo estoy contigo Chile, nunca callados, siempre con amor y con paz”, afirmó el cantante de 48 años.
Horas antes, en conferencia de prensa, Martin calificó las protestas de “importantes” para “dejarle saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre que lo hagamos de manera ordenada” y manifestó su esperanza porque Chile “sirva como efecto dominó para todas las partes del mundo, donde hace falta que se nos escuche”.
Luego salió al escenario el humorista chileno Stefan Kramer, cuya rutina estuvo basada en la contingencia que vive Chile. La noche inaugural fue cerrada Pedro Capó, el también cantante puertorriqueño quien interpreta el éxito “Calma”.
Antes del inicio del show, el público desde la galería lanzó cantos y lemas en contra del presidente Sebastián Piñera, cuyo respaldo popular ha caído a un promedio del 10% durante la crisis social, según encuestas.
Protestas antes del show
El público del festival pudo ingresar tres horas y media antes del inicio del show tras sortear dos vallas de seguridad montadas en al menos cuatro cuadras alrededor de la Quinta Vergara, mientras miles de manifestantes, mucho de ellos encapuchados armados con piedras, palos y bombas molotov, intentaron protestar en el ingreso a la Quinta Vergara.
La policía les cortó el paso con un inédito y fuerte operativo de seguridad que incluyó un helicóptero y un globo con cámaras de vigilancia. Los agentes los repelieron con gases lacrimógenos, según constató un periodista de la AFP.
Los manifestantes atacaron locales comerciales ubicados alrededor del festival e incluso al emblemático hotel O’Higgins, uno de los más antiguos y elegantes de Viña del Mar, donde por años se hospedaron los más importantes artistas que actuaban en el festival y que actualmente recibe a parte del jurado de la competencia internacional, bailarines y profesionales de la prensa.
Encapuchados lanzaron piedras y rompieron los enormes ventanales del frontis del edificio, tiraron bombas molotov y gases lacrimógenos de la Policía al interior del vestíbulo y quemaron al menos siete vehículos.
El hecho provocó pánico entre los pasajeros, el personal del hotel y algunos equipos de prensa que cubren el festival, quienes fueron evacuados por el humo del gas.
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