La lección de México en el Premier 12
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México nunca había estado presente en un torneo de béisbol de unos Juegos Olímpicos. En las cinco participaciones oficiales de este deporte en citas bajo los cinco aros vieron los partidos por televisión, al fracasar a la hora de obtener la clasificación o no encontrarse entre los mejores del mundo, porque en las primeras ediciones no había preolímpicos.
Sin embargo, se aparecieron en el II Premier 12 como tapados, sin grandes expectativas, y se llevaron el boleto de América a Tokio 2020, un ticket que parecía reservado a Cuba o Estados Unidos; en el caso cubano, más por historia que por presente.
Arrancó el certamen y los mexicanos se fueron invictos de la primera fase, en la cual fueron sedes, y tras comenzar la Súper ronda con par de victorias, empezaron a levantar expectativas, que no frenaron después de perder ante los dos finalistas.
Esto los obligó a disputar el tercer puesto, en revancha contra Estados Unidos, y de manera espectacular, lo lograron.
Pero ¿qué hay detrás de ese logro inesperado para muchos? Pues, en primer lugar, un trabajo serio de estudio de contrarios, en el que es triste decir que un papel fundamental lo jugó un estratega que hizo historia en la pelota cubana. Triste porque no hizo el trabajo para Cuba, pero esa fue su elección.
Además de la confección de la nómina con lo mejor del talento joven de la Liga doméstica, para lograr el balance necesario en todas las líneas, el cuerpo técnico analizó al detalle los rivales de México. De sus integrantes, siete actúan en los distintos niveles de las ligas menores de Estados Unidos, dos en la Liga japonesa, uno en la de Taipéi de China, y el resto, en la mexicana.
La pelota actual no se puede jugar con criterios anquilosados, porque no es un deporte de laboratorio. Hay que estudiar constantemente las nuevas tendencias y aplicarlas. Desde La Habana se elaboró una estrategia, basada en esos criterios, y luego no se aplicó en Surcorea.
El siguiente paso del béisbol cubano con miras a Tokio es bien complicado, pues mientras México es un rival al que casi siempre se le gana, Estados Unidos es todo lo contrario. Los mexicanos han obtenido varias victorias en citas importantes sobre la selección de las barras y las estrellas, como la del primer Clásico Mundial que eliminó a aquel plantel donde militaban Derek Jeter, Alex Rodríguez y Ken Griffey Jr., entre otros; o en el Preolímpico del 2003, en Panamá; los Panamericanos de Guadalajara 2011 y el Clásico Mundial de 2013.
En esta misma década, Cuba venció dos veces a México en el Clásico del 2009, en Guadalajara, y en los Centroamericanos de Veracruz 2010 y Barranquilla 2018.
En cambio, contra Estados Unidos ha perdido más de lo que ha ganado, incluyendo los topes con los universitarios.
La faena no será nada sencilla en el venidero Preolímpico, pues, además de que Estados Unidos debe reforzarse más, estará Canadá, que últimamente nos ha tomado la medida.
No se puede olvidar a otros que también han vencido a los nuestros en años recientes, como Colombia, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y hasta Nicaragua, en pos de un solo boleto olímpico directo, pues los ubicados en segundo y tercer lugares tendrán derecho a estar en el certamen que dará el sexto y último boleto estival, con rivales de otras geografías.
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