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A veces las personas se defienden acusando a las demás de lo que, precisamente, no quieren sobre sí mismas. Míralo de esta forma, Francisco: que yo esté alarmado porque “ahora tiene más derechos un religioso, que puede predicar su Biblia… ¿dónde quedó la moral socialista permitiéndole tantas libertades a la religión? Es repugnante ver tanta propaganda que induce a los jóvenes por el camino religioso”. Por supuesto que no diría algo así… sé feliz con tus creencias y déjame a mí ser feliz con quien yo quiera serlo, así sea de mi propio sexo.
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