Sin petróleo
especiales
Fotografía tomada de https://www.bbva.com
Una de las amenazas más importantes de la humanidad es que se agotan las reservas de recursos naturales fundamentales como el agua y el petróleo. Tienen en común que no son renovables, y que de algunos de ellos depende el funcionamiento de nuestras rutinas, y de otros, la vida. Esto sucede de manera acelerada, y los llamados son al ahorro y a implementar medidas urgentes.
El tema de las reservas energéticas basadas en combustibles fósiles, es grave. Por mucho que los activistas y expertos del tema alienten a que nos mentalicemos, no pocos de los procesos actuales dependen de ellos, y nos cuesta aceptar que otros métodos pueden ser eficientes y necesarios. La peor noticia es que no todo es sustituible.
En el caso del petróleo. Hace muchos años estamos diciendo que sus depósitos en la naturaleza tienen cantidades limitadas y que en una fecha bastante cercana se secarán los pozos. Por eso, la energía convencional que de él obtenemos hasta ahora, en un breve tiempo desaparecerá.
Las mayores reservas de petróleo se hayan en países como Venezuela, Arabia Saudí, y Kuwait. Su uso es diverso, tanto para generar energía como para la obtención de materiales como el plástico. Es muy importante para la economía mundial, pero también ese recurso es sumamente tóxico y, por tanto, es responsable de grandes índices de contaminación en el planeta.
Es así que cada día se impulsan mucho más otras formas ecológicas como la eólica, la solar, en la generación de electricidad y el transporte. Pero existe mucha resistencia. En algunos países, como Francia, subieron el precio del combustible, sacaron autos eléctricos al mercado y prohibieron los que funcionan por combustión, para acelerar la transición. Sin embargo, eso provocó revueltas y descontento social porque las personas se resisten al cambio y porque sienten vulneradas sus economías.
Se trata de un momento de la historia muy complejo que también desata conflictos y agresiones entre potencias, además de la guerra desesperada por mar y tierra para buscar nuevos yacimientos. Y no quiere decir que debemos minimizar el desarrollo ni volver a la era de las cavernas, sino que es hora de innovar para encontrar maneras de seguir usando vehículos automotores, electricidad y mucho más.
No obstante de todos los esfuerzos, de las pataletas sociales, de las injusticias con los costos y de la escasez de variantes, el petróleo se acabará, es inevitable. Las preguntas que me hago son en torno a cuáles alternativas encontraremos que sean amigables con el entorno y que perduren en el tiempo, cómo lograremos organizarnos, y qué tiempo tendremos.
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