¿Quién fue Carlos Rafael Rodríguez?
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Carlos Rafael Rodríguez
El 23 de mayo de 1913 nació en Cienfuegos el periodista, economista, diplomático e intelectual revolucionario Carlos Rafael Rodríguez. Fue dirigente político antes y después del triunfo de la Revolución Cubana. A propósito de su natalicio, Cuba Sí comparte algunas consideraciones de la doctora María Caridad Pacheco, secretaria de Divulgación y Relaciones Públicas de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba.
¿Qué llevó a Carlos Rafael al camino revolucionario, y en especial a una perspectiva comunista?
Carlos Rafael transita hacia las posiciones más avanzadas en el orden social de forma paulatina y por la vía más difícil de la conciencia, ya que procedía de las capas medias de la burguesía y vivió con desahogo económico, lo cual le permitió asistir a los mejores colegios de Cienfuegos, su ciudad natal.
En una etapa temprana de su formación ideológica tiene contacto con la literatura marxista y leninista. Cuando apenas iniciaba sus relaciones con el pequeño núcleo de comunistas en Cienfuegos, tiene la posibilidad de estudiar El Estado y la Revolución, de V. I. Lenin, obra que le posibilita valorar desde un punto de vista marxista las raíces de clases de la sociedad burguesa y lo convierte, como él mismo diría más tarde, en “un militante ideológico del marxismo”.
Hacia 1932 había estudiado varias obras de Karl Marx, entre ellas El Capital, lo que favoreció su tránsito por un periodismo avanzado, tal y como reflejan sus artículos publicados en la revista Juventud, de efímera existencia y en la cual dedica un importante espacio a los problemas sociales, y particularmente al movimiento obrero, además de asumir otros temas relacionados con la economía, la política y los intereses nacionales.
Foto tomada de Cubadebate. La profesora María Caridad Pacheco es una estudiosa de la historia de Cuba.
A pesar de su radical posición, no ingresó al Partido Comunista hasta 1936, lo que atribuyó a cierto sectarismo prevaleciente en el núcleo cienfueguero. No obstante, ya en 1933 había renunciado a su posición en el triunvirato de la alcaldía de su ciudad por responder este a Fulgencio Batista, y no aceptó el puesto que le ofrecieron en la delegación cubana a la Conferencia Panamericana de Montevideo, por estar en desacuerdo con el gobierno de Ramón Grau.
¿Qué se conoce de su participación en el gobierno constitucional de Batista?
Como en todo hecho histórico, se necesita conocer el contexto para hacer un preciso análisis. En un momento de despliegue de las fuerzas fascistas a nivel mundial, las circunstancias obligaban a hacer concesiones al movimiento popular y a construir un gobierno de unidad nacional, que si bien representaba a los grupos oligárquicos, tenía que impulsar el aporte a los aliados a través de Estados Unidos.
En el afán de impulsar la defensa de la Unión Soviética, agredida por Alemania, el Partido Unión Revolucionaria Comunista (URC) acogió el llamado a un gobierno de unidad nacional, que posibilitara también la defensa de los intereses de las masas populares. En esas condiciones se estructuró el gabinete de unidad nacional para el esfuerzo de guerra en el que, en marzo de 1943, un comunista ingresó como ministro sin cartera. Primero fue Juan Marinello, sustituido después por Carlos Rafael.
La decisión de los comunistas cubanos hay que aquilatarla a la luz de los acontecimientos de entonces, cuando la derrota del fascismo se convirtió en el propósito esencial de todas las fuerzas interesadas en el mantenimiento de la democracia, la independencia y la paz en sus países, convicción asumida por URC, a pesar del costo político que significó para su estrategia de lucha y su vinculación con el pueblo.
¿Cuál fue su actitud respecto al asalto al cuartel Moncada en 1953?
El Partido Socialista Popular (PSP) desconocía los verdaderos objetivos del asalto y, en consecuencia, no lo vio como expresión de la lucha de masas contra el régimen. Carlos Rafael señaló que la dirección del PSP hizo un análisis a partir de los hechos mismos, porque no conocían el plan que animaba a Fidel Castro y sus compañeros y su inserción en un concepto estratégico más amplio.
¿Cómo evolucionó la actitud de Carlos Rafael ante la lucha armada sostenida por Fidel Castro?
El Partido Socialista Popular (PSP) no excluía en su concepción de lucha el recurso de la insurrección, siempre que fuera surgida de las entrañas populares y como una necesidad del desarrollo histórico del país; pero durante mucho tiempo no tomó iniciativas para promoverla, lo que el propio Blas Roca, secretario general del Partido, calificó como un error en la VIII Asamblea Nacional, celebrada en agosto de 1960.
En 1956 el PSP orienta la denominada “línea de agosto”, una táctica similar a la empleada en la lucha contra Machado; es decir, un levantamiento general del pueblo contra la tiranía, táctica que comprendía dos niveles: la movilización de las masas que condujera a una huelga general política y el levantamiento o insurrección popular.
El Partido defendía la tesis de la insurrección armada, pero como recurso final y no comprendió entonces que, en la concepción de Fidel, estaba estrechamente unida a la movilización de las masas. No obstante, el Partido siempre distinguió las posiciones revolucionarias del movimiento encabezado por Fidel de la pasividad cómplice de los partidos burgueses, y se solidarizó y llamó a prestar apoyo a los expedicionarios del Granma.
Según Carlos Rafael, hacia finales de 1957, el Buró Ejecutivo Nacional del PSP decidió la incorporación de sus militantes en la guerrilla y empezó la preparación de todos aquellos disponibles para incorporarse, aunque ya esto venía ocurriendo en los hechos. Por decisión del Partido, en enero de 1958 Carlos Rafael viajó clandestinamente a varios países de América Latina con el objetivo de informar a los Partidos Comunistas sobre la decisión del PSP de incorporarse al movimiento armado que dirigía Fidel y bajo el mando de este. Era la primera experiencia de este carácter y el primer reconocimiento antes de la victoria del papel de Fidel como guía futuro del proceso revolucionario.
En mayo de 1958 comenzó a operar en territorio de Yaguajay el destacamento guerrillero “Máximo Gómez”, dirigido por Félix Torres, y en otras provincias como Pinar del Río y Matanzas también hubo grupos de alzados del PSP. El Partido tenía asignada una participación importante en el apoyo a las columnas invasoras de Camilo y Che, fundamentalmente a la del primero. Para ello subordinó desde el comienzo sus destacamentos a la Comandancia del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra.
La incorporación de Carlos Rafael al Primer Frente del Ejército Rebelde ocurrió en julio de 1958, en plena ofensiva de las fuerzas batistianas, cuando la Sierra estaba sitiada por casi 10 mil soldados.
A pesar de la postura del PSP ante la vía insurreccional y de su alianza en los ´40 a Batista, Carlos Rafael ganó la confianza de Fidel. ¿Qué condicionó esto?
Al comentarle al compañero Fidel el hecho de que los comunistas estuvieron en el gobierno de Batista, el líder de la Revolución Cubana le respondió al reconocido intelectual Ignacio Ramonet: “Esa era la orden emanada de la Internacional, donde no existía una dirección colectiva real”.
En la Cuba prerrevolucionaria no fueron pocos los reaccionarios que tuvieron que reconocer los méritos de Carlos Rafael como hombre de cultura. Alguna vez dijeron que era lamentable que un hombre de su talento e inteligencia fuera comunista.
Fidel, inmerso en el fragor de la última etapa de la gesta insurreccional, cuando las tropas rebeldes fueron capaces de derrotar el embate de la ofensiva enemiga, le escribió:
“Sierra Maestra Nov. 2, 58. Estimado Carlos Rafael: […]. Me gustó el trabajo que hiciste sobre el combate del Cerro, lo único que ha obstaculizado su publicación es que yo estoy encargado en estos días de la propaganda, y como aparezco representado elogiosamente (por lo que te doy las gracias) no me parece correcto incluirlo en los programas que estoy confeccionando […]. A mí realmente me impresionó ver estas cosas convertidas en temas literarios y comprendí cuántos asuntos de interés humano pudieran ser recogidos en poesías y obras como esa […]. Saludos a todos ¡Y ahorren víveres, que con el bloqueo va a escasear todo! Recomiendo sembrar hortalizas”.
¿Qué se conoce de su relación con otros líderes revolucionarios después de 1959?
A la Revolución le dedica todos sus esfuerzos, energías, inteligencia, cultura, intelecto, fidelidad, pensamiento creador y su palabra culta y aguda. Por supuesto, mantuvo una relación entrañable de amistad con Fidel, Osvaldo Dorticós, Che, Raúl Roa, entre otros líderes revolucionarios.
¿Cuáles fueron sus puntos válidos en las polémicas con Che Guevara?
En esas polémicas no sólo se debatieron públicamente opciones estratégicas para el desarrollo económico y político de la Revolución, sino también cuestiones teóricas más generales como los fundamentos de la teoría marxista del valor. Fue uno de los debates más álgidos que se presentaron en Cuba posteriormente al triunfo en 1959 y que tuvo como eje a esas dos figuras de la escena política y económica. Estuvo centrado en los métodos de dirección y gestión económica durante la transición al socialismo; el rol de los estímulos materiales y morales; la vigencia de la ley del valor en el socialismo; entre otros.
Polemizaron los partidarios del Cálculo Económico (CE) con los del Sistema Presupuestario de Financiamiento (SPF), los primeros encabezados por Carlos Rafael y los segundos, por Che. El grupo de Carlos Rafael defendía un proyecto político de socialismo mercantil con empresas gestionadas en forma descentralizada y autarquía financiera, compitiendo e intercambiando con dinero sus respectivas mercancías en el mercado. El estímulo material predominaría en cada una de esas empresas y el valor y el mercado operarían la planificación. Era el modelo soviético de entonces.
Che cuestionaba el matrimonio de socialismo y mercado, y defendía un proyecto político donde planificación y mercado son términos antagónicos. La planificación, para Che, era la vía hacia la ampliación del radio de racionalidad humana, disminuyendo progresivamente las cuotas de fetichismo en las que se sustentaba la creencia de una autonomía de las leyes económicas. De ahí que esta propiciara la unificación bancaria de las unidades productivas como una gran y sola empresa. No habría entre fábrica y fábrica de una misma empresa compraventa mediada por el dinero y el mercado, sino intercambio a través de un registro de cuenta bancaria. Los productos pasarían de una unidad a otra sin ser mercancías. Se impulsaría el trabajo voluntario y los incentivos morales como formas, no únicas, de elevar la conciencia socialista de los trabajadores.
Fidel afirmaría en una reunión con el ex presidente de Brasil en 2008, Luiz Inácio Lula da Silva, que esta polémica no se trataba de una guerra de insultos sino de intercambios honestos de opiniones, que se publicaban en una pequeña revista sin intención alguna de crear sismos o divisiones.
Por primera vez en América se polemizó sobre la base de conceptos fundamentales del marxismo, de la Economía Política, de los sistemas de dirección económica socialista posibles, en un debate entre dirigentes de un país socialista y de organismos centrales de su economía.
¿Cuáles fueron sus principales méritos y aportes desde los cargos que ocupó en la dirección del Partido, el Estado y el Gobierno?
Su accionar fue diverso y fecundo. En 1959 fue nombrado director del periódico Noticias de Hoy. En 1961 fue fundador y primer director de la Escuela de Economía de la Universidad de La Habana, que le otorgó en 1983 el título de Doctor Honoris Causa. Se desempeñó como miembro de la dirección nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI). En 1962 fue designado Presidente del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), y en 1965, miembro de la dirección nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC).
En el primer congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en diciembre de 1975, fue elegido miembro de su comité central e integró su buró político. Formó parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), por Cienfuegos, desde su creación en 1976. El 3 de diciembre de 1976 la ANPP lo eligió vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, para atender el sector exterior.
Ocupó el cargo de ministro-presidente de la Comisión Nacional de Colaboración Económica y Científico Técnica desde 1965 hasta 1976 y fue Representante Permanente de Cuba en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) a partir de su ingreso en 1972.
Como diplomático tuvo gran participación en los delicados contactos extraoficiales producidos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos durante las décadas de 1970 y 1980.
En mayo de 1997 recibió, impuesta por Fidel, la Orden Nacional José Martí. Ese mismo año, el 8 de diciembre, falleció a los 84 años aquel hombre ejemplar, al que Armando Hart calificó como “uno de los grandes humanistas cubanos del siglo XX”.
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